La banca de inversión ya ha emitido su opinión respecto a un posible pacto de gobierno entre PSOE y Podemos, con el apoyo de otros partidos como IU y los independentistas, entre otros, y la sentencia es unánime. Una coalición de estas características, en donde tenga cabida la "extrema izquierda", se traducirá en la reactivación de las tensiones financieras, un serio enfrentamiento con Bruselas y un claro deterioro de la actividad económica.
Por el momento, las principales entidades españolas, como es el caso de Banco Santander y BBVA, ya han advertido de que el actual ambiente de incertidumbre política se está materializando en el retraso y paralización de inversiones en España, pero esto es un mero aperitivo en comparación con lo que ocurriría en caso de que se fragüe el tándem Pedro Sánchez-Pablo Iglesias.
En los últimos días son varios los bancos internacionales que han ofrecido su particular diagnóstico al respecto. Barclays, por ejemplo, señala que esa opción sería "negativa" por dos razones. En primer lugar, por la inestabilidad de dicho gobierno, pero, sobre todo, porque implicaría anular algunas de las reformas estructurales aprobadas en la anterior legislatura. Todo ello generaría "riesgos" para el crecimiento de España.
Dado que, según esta entidad, se han producido importantes avances económicos y financieros, su perspectiva no es del todo sombría para España, pero avanza "que la incertidumbre política y la presencia de algunos miembros de la izquierda radical en un gobierno justificarían diferenciales relativamente amplios en bonos soberanos, por ejemplo, frente a Italia". Es decir, subiría la prima de riesgo.
Citi, por su parte, indica que un bloque de izquierdas representaría "un cambio significativo en la política fiscal de España" para acabar con las políticas de contención del gasto e incumplir los objetivos de déficit comprometidos, lo cual acabaría generando un ambiente de tensión entre España y Bruselas.
JPMorgan coincide en que saltarían chispas entre ambas instituciones, al tiempo que la reversión de las reformas y el aumento del gasto podrían acabar lastrando el crecimiento económico y, por tanto, la creación de empleo. Pese a ello, también señala que dicho pacto no será fácil debido a las tensiones que existen en el seno del PSOE y a la reacción en contra que cosecharía tanto en la comunidad empresarial como internacional.
En todo caso, los mercados financieros reaccionarían mal a un gobierno de coalición entre el PSOE y la "extrema izquierda", con el consiguiente aumento de la prima de riesgo, al tiempo que el deterioro económico se dejaría notar en los principales indicadores.
El caso de Grecia y Portugal
En este sentido, conviene recordar que la prima de riesgo de Grecia cotizaba por debajo de los 500 puntos básicos antes de la elección de Syriza a principios de 2015, pero, posteriormente, se disparó hasta los 2.000 puntos el pasado verano, cuando el país estuvo a punto de salir del euro, y hoy ronda los 900 puntos básicos, el doble que hace poco más de un año.
Y algo similar, aunque mucho menos grave, ha acontecido tras la configuración del nuevo gobierno de izquierdas en Portugal a finales del pasado año, liderado por los socialistas. La prima de riesgo lusa ha repuntado en las ultimas semanas conforme el nuevo Ejecutivo ha anunciado la suspensión de algunas medidas económicas y ajustes fiscales.