Este miércoles, el Banco Santander inauguraba la ronda de presentaciones de resultados de 2015 entre las grandes entidades financieras españolas. No serán ruedas de prensa fáciles. Por una parte, tenemos un entorno macroeconómico complicado, con previsiones de crecimiento a nivel global a la baja, especialmente en Latinoamérica, uno de los mercados más importantes de los bancos españoles. Pero además, está el tema político, un terreno pantanoso en el que a los principales ejecutivos del sector no les gusta nada meterse, al menos en público.
De esta forma, Ana Patricia Botín era la encargada de dar el pistoletazo de salida a las cifras de la gran banca. Y, como era previsible, se han multiplicado las preguntas sobre el resultado de las elecciones, la conformación del nuevo Gobierno, la posible nueva cita con las urnas o los pactos post-electorales.
Botín ha tratado de salir del paso como ha podido, sin mojarse en uno u otro sentido. "La política no es lo nuestro", ha repetido en varias ocasiones. Pero ha dejado al menos dos mensajes claros. El primero, la "plena confianza" que ella misma y el banco que preside tienen en las instituciones y en que los partidos "van a encontrar soluciones". Y el segundo, la necesidad de que se encuentre una solución cuanto antes para lograr "que siga la situación de crecimiento".
En este sentido, ha recalcado al menos un par de veces que "la incertidumbre no ayuda" y ha pedido que "cuanto antes", tengamos una situación "estable".
Su análisis ha sido más bien optimista. Botín ha asegurado que la situación de la economía española es buena y está basada en fundamentos sólidos: "La combinación de reformas, esfuerzo de los españoles y mejora de la coyuntura" han generado un panorama en el que nuestro país es, en su opinión, muy atractivo para los inversores.
"España es un gran país", ha asegurado, "con una gran oportunidad de seguir mejorando, tal y como lo hemos hecho en los últimos años. Tenemos un crecimiento equilibrado, somos competitivos. Lo que necesitamos es ponernos a trabajar todos".
Eso sí, dentro de este escenario positivo, Botín ha hecho un apunte importante en lo que hace referencia al resultado electoral y a la parálisis institucional que se vive en las últimas semanas: "La incertidumbre no ayuda. Suena menos el teléfono que hace dos meses para comprar activos". Es decir, que algunos de los grandes inversores internacionales están a la espera. Probablemente esto no quiere decir esto que hayan dado por finiquitados sus proyectos en España. Pero mientras no sepan a qué atenerse, muchos de ellos esperarán a ver cómo se desenvuelven los acontecimientos.