El escenario de incertidumbre política en el que ha entrado España a raíz de las Elecciones Generales entraña importantes riesgos para la consolidación de la recuperación económica. Como ha advertido el Banco de España en su boletín de diciembre, abandonar una agenda reformista se traduciría en un recorte automático del potencial de crecimiento para 2016.
La lectura más evidente de este mensaje está relacionada con los riesgos que plantea un posible acuerdo de gobierno en el que estén involucrados Podemos y sus diez partidos aliados. No obstante, la advertencia del Banco de España también sirve para un acuerdo en el que estén involucrados PP, PSOE y Ciudadanos.
¿Por qué? Muy sencillo: aún con un gobierno estable, la economía española sigue planteando desequilibrios importantes que exigen nuevas rondas de reformas. Así lo entiende el servicio de estudios de BBVA, que ha desgranado diez claves para que España evite una nueva crisis.
En primer lugar, el informe de Javier Andrés y Rafael Doménech habla de "reducir la tasa de desempleo estructural. A lo largo de las últimas décadas, este indicador se ha movido entre el 14% y el 18%, como resultado de rigideces elevadas, regulaciones, incertidumbre judicial y políticas de empleo poco eficaces". La reforma laboral de 2012 ha ayudado a combatir estos problemas, pero no pocos expertos insisten en la conveniencia de aprobar una nueva agenda de cambios orientada a aumentar la flexibilidad y el dinamismo del mercado de trabajo.
En segundo lugar, a BBVA le preocupan los problemas de "sostenibilidad y eficiencia del sector público". El documento subraya que una elevada tasa de paro afecta directamente al proceso de consolidación fiscal, pero también señala como un reto pendiente de resolución el de "la composición y la eficiencia del gasto y de los ingresos públicos".
El informe también plantea dudas sobre la "sostenibilidad del Estado de Bienestar", que consume un gran volumen de recursos en ámbitos como las pensiones o la sanidad. Al respecto, BBVA pide reformas destinadas a frenar un aumento incontrolado del gasto social.
Otro punto recurrente cuando se habla de las carencias de la economía española es el del aumento del tamaño de las empresas. El excesivo peso de las Pymes redunda en menos productividad e innovación, lo que se traduce en empleos de peor calidad y sueldos más bajos.
También subraya BBVA la importancia de conseguir empresas más internacionales y competitivas. El salto exportador de los últimos años va en la dirección correcta, pero hace falta consolidar ese avance y, sobre todo, es importante aumentar la base de compañías que vende al extranjero.
Andrés y Doménech también hablan de la urgencia de mejorar el clima de negocios y la calidad de la regulación aprobada. España es uno de los países desarrollados que peor ha abordado esta cuestión, por lo que es urgente "rediseñar la regulación para mejorarla, simplificarla y evaluar continuamente sus efectos".
En séptimo lugar, los expertos del servicio de estudios de BBVA señalan que "aunque España está entre el 20% de países con mejores instituciones, sigue a cierta distancia de EEUU y de la UE-8", por lo que toca "mejorar el funcionamiento de las Administraciones, para que ganen en eficacia e independencia e incentiven la inversión y la innovación". En este punto también entra la lucha contra la corrupción.
También destaca el informe la importancia de reducir la brecha en Innovación y Desarrollo, un problema acentuado por el reducido tamaño de nuestras empresas. Para solucionar este reto, BBVA habla de evaluar las políticas establecidas hasta el momento y de darle más importancia a la colaboración con el sector privado.
España tampoco puede descuidar la importancia de mejorar su capital humano, un punto que BBVA liga al desempeño en cuestión de empleo o productividad.
Por último, el estudio habla de alcanzar un crecimiento más inclusivo, punto para el cual es necesario reducir la desigualdad. BBVA advierte que España no muestra una tendencia creciente en dicho parámetro como consecuencia de la globalización o el progreso técnico, sino que un 80% de las diferencias de ingresos se explican por el paro.