A lo largo de los últimos años, la senda divergente de Madrid y Cataluña en materia de política económica ha generado importantes diferencias en ámbitos como los impuestos, el empleo o la creación de empresas.
Un ejemplo llamativo es el del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Este gravamen está prácticamente eliminado en la región gobernada por el PP. Y es que, con Esperanza Aguirre como presidenta, la Comunidad de Madrid aprobó la bonificación del 99% de la cuota de este gravamen para las transmisiones ocurridas en el ámbito familiar (padres, hijos, cónyuges y parejas de hecho).
El ahorro fiscal de los madrileños
¿En qué se traduce este marco tributario? De acuerdo con los datos del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), si un contribuyente soltero hereda bienes de su padre por 800.000 euros, pagaría 1.600 euros en la Comunidad de Madrid por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Por otro lado, si recibiese una donación por la misma cantidad, abonaría unos 2.000 euros por dicho gravamen.
En el caso de Cataluña, este impuesto también está bonificado en parte. Sin embargo, los datos del REAF confirman que las exenciones no son tan profundas como en Madrid. Así, el mismo ejemplo de un contribuyente de 30 años que recibe en herencia 800.000 euros pagaría 9.786 euros en Cataluña frente a los 1.600 de Madrid. En el caso de una donación por dicha cantidad, la factura sería de 56.000 frente a los 2.000 de la región que gobierna Cristina Cifuentes.
Cataluña recauda menos
En cualquier caso, la recaudación es más elevada en la Comunidad de Madrid que en Cataluña. Según los datos de recaudación de la Agencia Tributaria para 2014, la autonomía de la capital española ingresa 42 millones de euros por este concepto mientras que Cataluña recauda 18 millones de euros, menos de la mitad.