El flamante nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, no va a tener un aterrizaje fácil en la Casa Rosada. Su antecesora en el cargo, Cristina Fernández de Kirchner, le deja una inflación acumulada del 400% y una tasa de pobreza que ronda el 30%.
Ante semejante escenario, encontrar una solución total y completa se antoja quijotesco, motivo por el cual Macri ha prometido centrarse en una serie de aspectos concretos. A continuación estudiamos las diez prioridades económicas del nuevo Ejecutivo.
Normalidad monetaria
Argentina experimenta desde hace años una profunda crisis monetaria marcada por las políticas expansivas que ha seguido un banco central cada vez menos independiente. En este sentido, Macri se ha marcado como objetivo reducir la inflación a tasas inferiores al 10%.
El nuevo mandatario espera lograr esa caída de la inflación en un plazo inferior a los dos años. Para ello, tiene previsto recuperar la independencia del banco central y abogar por políticas complementarias, entre las que destaca una reducción del déficit fiscal.
Pero la problemática monetaria que enfrenta Argentina no acaba aquí. El proteccionismo aplicado al sistema de divisas también ha tenido mucho que ver con el creciente malestar de los ciudadanos, motivo por el cual Macri se ha comprometido a levantar lo antes posible las restricciones para comprar divisas, bienes o servicios en el mercado internacional.
Seguridad jurídica para atraer inversión
Atraer a los inversores internacionales no va a ser tarea fácil tras años de medidas anticapitalistas. Macri quiere lanzar una ofensiva de diplomacia económica destinada a romper con la Era K y centrada en presentar a su país como un destino estable y atractivo. Su estrategia podría asemejarse a la que han exhibido en los últimos años Juan Manuel Santos y Enrique Peña Nieto, los presidentes de Colombia y México.
Para asegurar el regreso de los inversores, es fundamental resolver los problemas crediticios del Estado argentino, que arrastra impagos con sus acreedores internacionales. Macri quiere llegar a un acuerdo con los tenedores de deuda pública para evitar que este contencioso siga bloqueando la posición financiera del país.
Por otro lado, también se anuncia una "guerra contra la corrupción" destinada a mejorar la calidad de las instituciones y a reducir el clientelismo. En línea con este espíritu, Macri se ha propuesto recuperar la normalidad en las estadísticas oficiales, abandonando las burdas manipulaciones que denunciaron publicaciones como The Economist y organismos como el Fondo Monetario Internacional.
Un Estado menos intervencionista
La propaganda peronista retrató a Macri como un "capitalista salvaje". Este dibujo se antoja exagerado, ya que las ideas económicas del nuevo mandatario son mucho más moderadas que las que venían defendiendo las radicalizadas élites económicas del kirchnerismo, con Axel Kicillof a la cabeza.
Por ejemplo, la Administración Macri no tiene previsto volver a privatizar YPF o Aerolíneas Argentinas. Sin embargo, sí que ha anunciado que quiere orientar la gestión de las empresas nacionalizadas hacia criterios de mercado.
En el plano fiscal, los impuestos que gravaban la exportación de trigo, maíz o soja van a ser replegados. También se espera la eliminación de los impuesto a las ganancias que introdujo el gobierno de Kirchner en 2007.
Mirando al resto del mundo, el nuevo Ejecutivo argentino quiere integrarse en la globalización comercial a base de firmar acuerdos comerciales de liberalización con áreas económicas como la Unión Europea.
Sobre la mesa está también una nueva actitud ante MERCOSUR, organismo que Macri quiere alejar del chavismo venezolano y acercar a la Alianza del Pacífico. Se espera que la visita del mandatario a Brasil siente las bases para esta nueva agenda comercial.