Como señalaba Libertad Digital hace algunos meses, que un cargo público haga uso de su coche oficial "no sería noticia... salvo que se haya hecho campaña política contra el uso de estos vehículos y se haya calificado a los políticos que los usan como casta",
En el Ayuntamiento de Madrid, la polémica empezó a darse el pasado mes de julio, cuando la alcaldesa Manuela Carmena fue pillada usando su coche oficial justo mientras su equipo de comunicación difundía fotos de la regidora desplazándose en Metro o en bicicleta.
No fue éste un caso aislado. El diario El Mundo publicó semanas después una foto del concejal Guillermo Zapata haciendo exactamente lo mismo que la alcaldesa:
Cómo le gusta a Zapata su coche oficial... (vía El Mundo) pic.twitter.com/ZHydX3iU3I
— Diego de la Cruz (@diegodelacruz) noviembre 20, 2015
La escena se volvió a repetir el pasado 13 de noviembre, cuando el polémico concejal de Ahora Madrid fue pillado por el grupo municipal popular subiéndose al coche oficial, un Toyota gris conducido por un conductor del consistorio.
Esta vez Zapata no estaba solo: lo hacía de la mano con su compañera Celia Mayer, conocida por su pasado okupa.
La estampa resulta aún más polémica si tenemos en cuenta que ese mismo día, el Ayuntamiento de la capital de España había aprobado diversas medidas encaminadas a restringir el tráfico, incluyendo prohibiciones de aparcamiento y límites de velocidad.