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El tráfico ilegal de arte reporta 100 millones al año a ISIS

Los precios de este mercado, marcado por la falta de transparencia, se han disparado un 500%: "Son piezas atractivas y con demanda".

Mark Altaweel tiene claro que la destrucción del patrimonio arqueológico de ciudades como Nimrud o Palmira no ha sido total, sino selectiva. Esto explicaría que, según ha podido constatar este experto en arqueología, el mercado del arte de Londres se está inundando de objetos llegados de los territorios del Estado Islámico. Algo parecido apunta The Times, que ha identificado al menos 100 piezas llegadas de Siria o Irak en la capital británica.

Algunos medios han hablado de la financiación que obtiene la organización terrorista por este concepto asciende a 7.000 millones de dólares, aunque expertos en este campo como Fiona Rose-Greenland, de la Universidad de Chicago, advierten que esta cifra no es realista.

En realidad, tanto el embajador de Irak ante la ONU como el Departamento de Estado de EEUU creen que los ingresos anuales que se embolsa ISIS por este concepto se mueven en el entorno de los 100 millones de dólares. El principal botín en términos económicos fue el de la ciudad de al-Nabuk, al oeste de Damasco. Los terroristas lograron 36 millones de dólares gracias a las ventas involucradas en esta operación.

En el Centro Escocés de Investigaciones Judiciales y Criminales advierten que la tarea de frenar esta fuente de financiación no es sencilla, ya que "estos materiales son atractivos y tienen demanda en el mercado". Por eso, este grupo de expertos pide "una estrategia coordinada para frenar este flujo de financiación".

A nivel internacional se han tomado diversas medidas para impedir que esta vía de financiación terrorista siga en pie:

La Asociación de Investigación contra los Crímenes en el Mercado del Arte es pesimista y señala que "el saqueo es tan reciente y las obras son tan difíciles de identificar que las medidas no surten todo el efecto buscado, pues este tipo de comercio no se da en grandes subastas legales de Christie's, sino en operativas de bajo perfil que se mueven al filo de ilegalidad.

Cómo "blanquear" la operativa

¿Cómo entra el arte saqueado por ISIS a Europa o EEUU? Evidentemente, los canales oficiales están muy regulados y no pueden usarse para este tipo de intercambios, por lo que es fundamental desviar el envío de las piezas hacia puntos intermedios ubicados en países como Líbano o Jordania.


La puerta de entrada al mercado occidental es Turquía. La BBC se ha desplazado a algunas de las ciudades del sur del país en las que ha comprobado de primera mano cómo se coordina la distribución de estas piezas llegadas de Líbano o Jordania.

Según explica David Gill, experto en patrimonio arqueológico de la Universidad de Suffolk, estos centros de distribución sirven para falsificar la hoja de identificación de los objetos, indicando una procedencia distinta.
Ya en los mercados OCDE, los compradores de estos objetos se encargan de ofertarlos a los posibles compradores con un etiquetado alternativo que sí identifica el verdadero origen de las piezas. De esta forma se "blanquea" la operativa.

Así gestiona ISIS el arte saqueado

El arqueólogo sirio Amr al-Azm ha explicado que el Estado Islámico empezó a gestionar el arte saqueado estableciendo un sistema de licencias por el cual pedía a los tratantes ilegales de arte el 20% de los ingresos que obtuviesen con los objetos negociados.

No obstante, la pujanza que ha demostrado este mercado ha ido replanteando el modelo de negocio. Bajo el nuevo sistema que se ha ido imponiendo, ISIS subcontrata las excavaciones y la venta de las piezas, reteniendo así un margen de beneficio mucho mayor.

Además, para conseguir más ingresos por este concepto, el Estado Islámico está autorizando todo tipo de excavaciones arqueológicas, saltándose principios básicos de esta disciplina para acelerar el ritmo de extracción de piezas con salida en el mercado.

Los precios se disparan un 500%

El valor de estas transacciones es notable y va en aumento. En EEUU, las importaciones de piezas de la región han subido un 86%, mientras que el valor medio de los bienes de arte llegados de Siria o Irak se ha multiplicado un 492%, porcentaje que solamente se explica por la entrada en la ecuación de estos objetos.

The Independent ha llegado a contactar con traficantes que operan en países como Alemania o Suecia y ofertan las piezas por catálogo a sus compradores de confianza. También en este caso nos encontramos con precios elevados, hasta el punto de que los vendedores se comprometen a conseguir "todo lo que quieran" los interesados.

¿Cómo se explica, entonces, que se hayan destrozado yacimientos, estatuas y museos? ArtInfo y el New York Times coinciden en señalar que en algunos de los vídeos, las piezas arrasadas por el Estado Islámico son falsificaciones o réplicas. Por tanto, aunque sí ha habido episodios infames como el de Palmira, en otros casos hablamos de montajes coordinados por la organización.

Llama la atención que EEUU no haya podido hacer valer su distancia geográfica ni su fuerte escrutinio fronterizo para evitar este comercio ilegal. Consciente de esta situación, el Secretario de Estado John Kerry organizó una comparecencia en el Metropolitan Museum de Nueva York en la que presentó una "lista roja" de piezas que podrían estar moviéndose por esta vía, siguiendo el trabajo de la "lista de emergencia" del Consejo Internacional de Museos.

El precedente

Al menos, las autoridades de aduanas del país del Tío Sam tienen experiencia luchando contra este tipo de tráfico ilegal de arte: en 2008, la Operación Tesoro Perdido del ICE recuperó 60 piezas que habían salido de Irak de manera irregular.

Entre ellas figuraba una efigie del rey asirio Sargón II valorada en 1,2 millones de dólares. Procedía de Turquía, pero había sido etiquetada como una obra modesta, hasta el punto de que el enlace de los vendedores en EEUU la había adquirido por apenas 6.500 dólares.

Esta operación salpicó a numerosos actores del mercado negro, pero también a museos y galerías de arte de renombre. En cualquier caso, el saqueo del Museo Nacional de Bagdad fue tan profundo que las 60 piezas recuperadas contrastan con los más de 15.000 objetos que se perdieron, de acuerdo con Ashton Hawkings, portavoz del Consejo Americano de la Propiedad Cultural.

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