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Cándido Méndez le dice a Rivera que el contrato único es "una ocurrencia"

Primera toma de contacto del líder de Ciudadanos con los sindicatos y la patronal, con fuertes discrepancias sobre formación y contratación

Primera toma de contacto del líder de Ciudadanos con los sindicatos y la patronal, con fuertes discrepancias sobre formación y contratación

Albert Rivera ha mantenido este miércoles su primera reunión formal con los sindicatos y la patronal en la sede de la CEOE en Madrid. Ha sido una toma de contacto de apenas una hora en la que el candidato a la presidencia del Gobierno de Ciudadanos, acompañado por su número dos, José Manuel Villegas, ha podido intercambiar impresiones con Cándido Méndez, Ignacio Fernández Toxo y el líder empresarial, Juan Rosell.

Rivera le ha trasladado a sindicatos y patronal que no son parte del problema, sino parte de la solución, aunque el encuentro no ha estado exento de discrepancia. Tras el encuentro, el líder centrista ha hecho una declaración de principios sobre el diálogo social: "Si gobernamos este país, no pretendemos dejar al margen a los representantes de los trabajadores ni a los representantes de los empresarios, todo lo contrario. Juegan un papel fundamental en nuestra democracia. Nosotros hemos sido críticos, sobre todo con la propia falta de regeneración de los agentes sociales. España salió adelante en la transición, entre otras cosas, porque los partidos y los agentes sociales supieron ponerse de acuerdo en lo importante".

Pese al buen clima del encuentro, dos asuntos separan a Ciudadanos de los agentes sociales: los cursos de formación y, sobre todo, el contrato único, una de las medidas estrella defendida por el portavoz económico del partido naranja, Luis Garicano.

Sobre el primer punto, Rivera explicaba su postura: "Ellos reivindican el papel que juegan en la formación de los trabajadores. Nosotros no les excluimos, pero sí queremos abrir ese modelo a academias homologadas, a la liberalización, para que los trabajadores decidan si se forman en sindicatos, en patronales, o si se forman en otros espacios de formación que nosotros consideramos fundamental abrir a la competencia".

Un aspecto sobre el que el líder de UGT, Cándido Méndez, que atendía a los medios después de Rivera, discrepaba: "El sistema ya está abierto a la competencia. El señor Rivera no ha dicho más que una obviedad. En el sistema actual, y estamos de acuerdo, las organizaciones sindicales y las patronales no participan en la gestión directa. En lo que queremos participar, y él creo que está de acuerdo, es en la planificación general de las políticas formativas, porque somos los que conocemos de primera mano cuales son las necesidades formativas".

La "ocurrencia" del contrato único

En cuanto al contrato único, Rivera lo volvía a defender como una medida para combatir la "precariedad laboral" y para permitir "una formación conjunta dentro de las empresas". Méndez, por su parte, desvelaba parte de lo hablado en la reunión: "He creído que estaba en la obligación de hablarle del contrato único. Creo que lo que hemos comentado le puede hacer reflexionar. Partimos de una realidad estadística inexorable, que en España hay once millones de personas con contrato indefinido, por lo tanto no hay un contrato único que valga. Luego hay razones como pueda ser la causalidad de la contratación en nuestro país, por las actividades temporales. Por eso, para nosotros es mucho más importante recuperar los principios de causalidad en la contratación que introducir ocurrencias".

En la misma línea se ha mostrado el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, para quien "el contrato único no es una solución. Tanto no debe serlo que no conozco ningún país del mundo donde haya ese modelo de contrato, pretendidamente superador de todas las ineficiencias". Toxo se ha mostrado partidario de "superar la dualidad creciente del mercado de trabajo, pero creo que son otras vías las que hay que explorar".

Aunque menos reacio que los sindicatos, el líder de la CEOE, Juan Rosell, ha asegurado que la propuesta de Rivera y Garicano es de difícil implementación: "La realidad laboral en España es que hay un 75% de contratos indefinidos, que vienen de lejos, y luego un 25% de contratos nuevos, los contratos temporales, que tienen muchísimos menos derechos que los anteriores. Esa es la realidad. Por tanto, cualquier iniciativa que obvie esta realidad es muy difícil de ponerla en marcha".

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