El PP asegura que bajará los impuestos tras haberlos subido en los últimos cuatro años. Podemos y PSOE llenan su programa de propuestas para cobrar más al contribuyente, aunque aseguran que sólo afectará a los más ricos o a las empresas más grandes. Y Ciudadanos da una de cal y una de arena, con promesas de importantes bajadas en algunos tributos y otras que encarecerán la factura fiscal. Pero los cuatro grandes partidos coinciden en un objetivo: los autónomos. O mucho cambian las cosas o la próxima legislatura la mayoría de los empleados por cuenta propia pagarán más por sus cotizaciones sociales.
Nadie lo dice con claridad, entre otras cosas porque no es cuestión de asustar a tres millones de potenciales votantes a un mes y medio de las elecciones. De hecho, los cuatro grandes partidos camuflan este tipo de propuestas dentro de las medidas de apoyo a los emprendedores. El lenguaje es muy parecido en todos los casos: no es justo que alguien que facture muy poco tenga que cotizar por la cotización mínima (265 euros en 2015), por lo que tenemos que cambiar las leyes para que los autónomos coticen en función de sus rendimientos netos.
El problema es que tras esta aparente ventaja se esconde una trampa. Es cierto que para unos pocos autónomos (los que menos facturan) la medida les puede suponer una ventaja. Aunque también es verdad que ya existen diversas bonificaciones que permiten que los nuevos autónomos se beneficien de descuentos en la factura de la Seguridad Social. Y los autónomos pueden darse de baja un mes (o el tiempo que lo necesiten) si no van a facturar por cualquier motivo.
Pero para la mayoría de los autónomos (el 85%), el cambio implicará una subida en las cotizaciones. El Régimen Especial de Trabajadores Autónomos establece una base mínima de 884,4 euros al mes para 2015. Por lo tanto, todos aquellos con un rendimiento neto por encima de esta cifra saldrán perdiendo.
Las propuestas
Éstas son las propuestas de cada partido:
- PP: todavía no hay programa oficial, pero las siguientes declaraciones de Tomás Burgos, secretario de Estado de la Seguridad Social, apuntan la dirección en la que se mueven los populares. En el II Foro de Emprendedores y Autónomos que tuvo lugar este año en Córdoba, destacó que las cotizaciones mínimas a la Seguridad Social por las que optan ocho de cada diez autónomos está provocando un "importante desequilibrio financiero" en el RETA, el régimen de la Seguridad Social de los trabajadores autónomos. Burgos defendió que se adecuen las cotizaciones sociales a los rendimientos obtenidos, no sólo por la sostenibilidad del sistema sino para que los autónomos tengan mejores pensiones. Señaló que todos los regímenes de la Seguridad Social deben ser "autofinanciables y que los ingresos estén equilibrados con los gastos".
- PSOE: su documento Agenda para una recuperación justa pide "acercar la cotización a la Seguridad Social y el sistema de pago de impuestos de los autónomos de forma que coticen por los rendimientos netos que reciben. Además, modificaremos el periodo de pago de las cotizaciones para adaptarlas mejor a las actividades estacionales o temporales".
- CIUDADANOS: su responsable en temas de impuestos, Francisco de la Torre respondía así a Libre Mercado hace unos días.
LM: "Ustedes hablan de igualar lo que se cotiza a lo que se factura. Esto para los que facturan poco puede estar muy bien, pero para la mayoría de los autónomos supondría una subida brutal de los impuestos que pagan".
De la Torre: "Con los autónomos nuestra idea es convertir costes fijos, la cuota mínima, en costes variables. No obstante, mientras la situación de crisis continúe, vamos a seguir dando la opción, al menos hasta cierto nivel, de que se pueda seguir cotizando por la mínima. Nosotros creemos que esto tiene que ser un coste variable. Pero en una situación de crisis tenemos que darle la opción a la gente de que siga optando por la cuota mínima. Mientras la economía española no alcance velocidad de crucero no se puede hacer una reforma que efectivamente sería una subida para muchos autónomos".
- PODEMOS: "Deben establecerse cuotas a la Seguridad Social porcentuales y progresivas en función del rendimiento neto para los autónomos que facturen por encima del salario mínimo y alta gratuita para aquellos que facturen por debajo del salario mínimo. Estudiar la equiparación de las prestaciones del RETA al Régimen General, posibilitar pago de las cotizaciones al trimestre en vez del mes, pagar solo desde que se inicia la actividad, y simplificar e informatizar los trámites. Se estudiará asimismo la posibilidad de desarrollar un régimen de cotizaciones a tiempo parcial, de manera que se pueda estar empleado por cuenta propia a media jornada".
La factura
A corto plazo, las consecuencias son evidentes, el 85% de los autónomos pagará más. Según explicaba Lorenzo Amor, presidente de ATA, en un artículo publicado hace unos meses, "La gran mayoría de los autónomos cotiza por la base mínima (...) hay un 15% de los autónomos que estaría sobrecotizando, pero un gran número de autónomos que estaría infracotizando". Es decir, que el 85% cotiza menos de lo que le tocaría si aplicase su rendimiento neto total porque así se lo permite la ley.
Las asociaciones de autónomos (como ATA) aceptan que va a tener que haber alguna subida, porque el RETA está infrafinanciado. Cada mes, la Seguridad Social tiene que complementar las pensiones de los autónomos con 400 millones, porque con las cotizaciones no es suficiente.
Sobre si la medida es positiva o negativa, es cuestión de cómo lo valore cada uno: habrá autónomos a los que les siente fatal que les cobren más en cotizaciones (en teoría, la mayoría, porque por eso escogen la base mínima) y habrá otros encantados porque esta subida supone más derechos a futuro, cuando se jubilen o tengan una baja. Pero lo que no se puede hacer es plantearlo como lo están haciendo todos los partidos. Camuflar una subida de las cotizaciones al 85% de los autónomos con un lenguaje que habla de fomento de los emprendedores. Claro que a los que facturan poco les favorecerá… pero al 85% les sube la factura con la Seguridad Social.
Y un apunte que no suele aparecer en el debate público: reducir las cotizaciones para los que cobran menos no tiene por qué ir aparejado con subírselas a los demás. Todos los partidos unen una y otra cosa, pero para que los que facturan 700 euros se ahorren un poco no es obligatorio que los que facturen 2.000 tengan que cotizar más. Es una decisión política, ni más ni menos.
Los riesgos
En estos momentos, el 86% de los autónomos españoles escoge cotizar por el mínimo. Eso no quiere decir que el otro 14% coticen lo que les tocaría proporcionalmente a su facturación (muchos de ellos cotizan algo más que el mínimo pero no el 29% de su facturación).
Por eso, todo apunta a que los autónomos prefieren el dinero en su bolsillo que en la Seguridad Social. Prefieren ganar algo más ahora (y quizás ahorrar por sí mismos) a cambio de que los derechos que adquieren sobre una futura pensión pública sean algo más bajos. Porque esto hay que dejarlo claro, si cotizas menos cobrarás menos. Las asociaciones de autónomos aseguran que hay muchos trabajadores por cuenta propia que cuando se jubilan se sorprenden de lo reducida de su prestación, que es consecuencia únicamente de que no han cotizado lo mismo que los empleados por cuenta ajena.
Dicho esto, hay al menos tres posibles derivadas de una subida de cuota a los autónomos que habría que tener muy en cuenta:
- Subir las cotizaciones podría tener como consecuencia un incremento de la actividad no declarada. Crecerían los incentivos para los autónomos que quieren declarar menos ingresos de los reales.
- Como todo impuesto, es una amenaza para la actividad económica. Como explica Celia Ferrero, vicepresidenta de ATA, si se hace tiene que estar dentro de una "reforma integral" del sistema y hay que plantearlo con tiempo y con períodos de transición: "No vaya a ser que por aumentar la protección social vayamos a cargarnos la actividad económica".
- Desincentiva el trabajo por cuenta propia y el emprendimiento: en los últimos años, el número de autónomos no ha dejado de crecer. Durante la crisis puede que parte de la tendencia se explique porque algunas empresas han hecho autónomos a los que hasta ese momento eran empleados. Pero como Ferrero apunta, cada vez son más las personas que prefieran no estar atadas a una relación laboral, por la flexibilidad que les da, porque les otorga control sobre su jornada, les permite tener varios clientes, organizar cómo ahorrar para su futuro, etc. De hecho, en las nuevas tecnologías, que tan de moda están, es una tendencia al alza. Pero si se equiparan las condiciones laborales de los autónomos a los empleados, los incentivos para comenzar una carrera por cuenta propia se minimizan. ¿Por qué soportar el coste del fracaso en la aventura si no hay alguna contraprestación?
Con todo esto sobre la mesa, lo que ATA pide es que el cambio se haga con cuidado y que se avance hacia un sistema mixto. En su opinión, habría que respetar cierta voluntariedad. Quizás pasar de un modelo como el actual a otro con varios tramos, en el que cada uno pueda escoger si cotiza por la mínima o la máxima dentro de esos tramos. Otra reivindicación es que el autónomo pueda hacer varios cambios a lo largo del año en la base de cotización escogida, para adaptarse a los cambios en la facturación (en este momento sólo puede hacer un cambio cada doce meses) e incluso abrir la vía al pago trimestral para cubrir actividades temporales. Eso sí, en cualquier caso, Ferrero pide que se haga lo que se haga, de aquí en adelante tengamos "menos electoralismo y más información".