La naturaleza del español medio muestra ciertas contradicciones, al menos en lo que se refiere a la valoración del sector público y el pago de impuestos. Por un lado, la mayoría de la población cree que los servicios públicos son caros e ineficientes y que, además, pagan muchos impuestos para sufragarlos, pero, al mismo tiempo, consideran que algunas de esas partidas, como sanidad, educación, pensiones o desempleo, deberían reforzarse con más recursos públicos, abogando así por nuevas subidas fiscales en caso necesario.
Esta particular paradoja es lo que se desprende de la última encuesta de opinión y política fiscal publicada este jueves por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). El primer resultado destacable es que, a diferencia de lo que suelen decir los políticos ("España tiene la mejor Sanidad del mundo", por ejemplo), la mayoría de españoles otorga un sonoro suspenso a los pilares básicos del mal llamado Estado del Bienestar.
Un 54,9% de los encuestados se muestran poco o nada satisfechos con el funcionamiento de la enseñanza pública frente al 32,6% que responden afirmativamente; el 50,2% valora negativamente la asistencia sanitaria; un 54,5% piensa lo mismo en materia de pensiones; un 71,8% está insatisfecho con la Administración de Justicia; un 53,2% con los servicios sociales; y un 67,5% con la ayuda a personas dependientes. Por el contrario, tan sólo aprueban seguridad ciudadana, transporte público y obras públicas.
A esta insatisfacción generalizada de la población se suma el hecho de que, además, la inmensa mayoría opina que los servicios y prestaciones públicas son caros para el bolsillo del contribuyente.
No en vano, si bien el 54% piensa que los impuestos son "necesarios para que el Estado pueda prestar servicios públicos", frente al escaso 10,4% que cree que son "un medio para distribuir mejor la riqueza", más del 64% de los encuestados señala que, en conjunto, la sociedad se beneficia "poco o nada" de lo que pagamos a las administraciones públicas en impuestos y cotizaciones. Es decir, según esta encuesta, los españoles piensan que pagan demasiados impuestos para lo poco y mal que reciben a cambio.
De hecho, un 61,7% de los españoles afirma que, personalmente, recibe del Estado "menos de lo que paga" en impuestos y cotizaciones, frente al 5,5% que dice lo contrario (recibe más de lo que paga). Apenas el 26,2% se muestra más o menos satisfecho con los servicios y prestaciones que recibe a cambio.
Impuestos altos, pero quieren más gasto
Sin embargo, pese a ello, más de la mitad de los encuestados cree que el Estado dedica "muy pocos" recursos a los principales servicios públicos, como es el caso de educación, desempleo, sanidad, cultura, vivienda, pensiones, I+D+i o ayuda a dependencia.
Dicho de otro modo, muchos de lo que piensan que los servicios públicos funcionan mal y son costosos, opinan que la solución radica en destinar aún más recursos para financiarlos, aunque ello suponga pagar todavía más impuestos.
Y ello, a pesar de que el 63,9% de los españoles dice que pagamos "muchos" impuestos... A la altura e incluso más que otros países avanzados de Europa (54%).
"Los ricos pagan poco" y "yo no defraudo"
Por último, la encuesta del CIS también refleja otras dos contradicciones bastante extendidas entre la opinión pública. En primer lugar, pensar que los que más ganan no pagan más impuestos (86,7% de los encuestados), lo cual denota, una vez más, que los españoles quieren más gasto, sí, pero que lo paguen otros (los "ricos").
Y en segundo lugar que, si bien la inmensa mayoría opina que el fraude fiscal es un problema generalizado en España, más del 90% de los encuestados afirma ser muy o bastante consciente a la hora de pagar impuestos. Es decir, hay fraude, sí, pero defraudan otros, no yo.