El 11 de septiembre de 2015, el gobierno de España envió a Bruselas un Proyecto de Plan Presupuestario para 2016. La fecha límite para remitir este documento era el 15 de octubre, pero el Ejecutivo de Mariano Rajoy confiaba en que esta entrega por adelantado sería bien recibida por los técnicos de la Comisión Europea.
El día 5 de octubre estalló la polémica. Tras la reunión del Eurogrupo, el comisario Pierre Moscovici anunció que nuestro país corre el riesgo de incumplir los objetivos fiscales que se habían pactado con los socios comunitarios.
Esta advertencia ha quedado confirmada esta misma semana, con la publicación del dictamen definitivo de la Comisión Europea sobre el Proyecto de Plan Presupuestario que Moncloa ha trazado para el año 2016.
¿Por qué desconfía Bruselas? Según explica el documento C-2015-6892 de la Comisión, las cuentas remitidas por España asumen que se van a cumplir todas las metas de gasto e ingresos que se habían determinado en julio de 2014. Esto se traduciría en un déficit del 4,2% del PIB en 2015 y del 2,8% del PIB en 2016.
Sin embargo, los cálculos de los técnicos europeos creen que el déficit en 2015 será del 4,5% del PIB, mientras que la diferencia entre ingresos y gastos alcanzará el 3,5% del PIB. Este año, el descuadre adicional rondaría los 3.000 millones de euros, mientras que en 2016 habría un aumento del desajuste presupuestario equivalente a 7.000 millones.
Elecciones y rectitud fiscal
El documento publicado por la Comisión Europea destaca que las dudas sobre el presupuesto de 2015 van ligadas a un gasto público más elevado de lo esperado. Bruselas recela del impacto que tendrá la devolución de la paga "extra" a los empleados públicos; además, las autoridades comunitarias no creen que las cuentas regionales estén lo suficientemente detalladas.
En ambos casos, resulta evidente que el intenso calendario político de 2015 redunda negativamente en la rectitud fiscal demostrada por las Administraciones españolas. He aquí el principal motivo por el que Bruselas tiene claro que, a pesar de los avances, aún queda trabajo por hacer a la hora de cuadrar las cuentas.
El estudio de la Comisión Europea también se refiere al endeudamiento público, ofreciendo nuevos datos sobre el mismo. A priori, este año iba a cerrar en niveles del 98,7% del PIB. Sin embargo, la Intervención General ha informado a Bruselas de que el resultado final para el presente ejercicio podría ser del 99,7% del PIB. ¿Qué quiere decir esto? Que la deuda pública es mayor de lo esperado en nada más y nada menos que 10.000 millones de euros.