Un turista extracomunitario gasta hasta diez veces más durante su estancia que un europeo. De esta forma, cada vez que un visitante de nacionalidad china entra en una tienda se deja una media de 1.000 euros, que es prácticamente lo mismo que invierte un comunitario en poco más de una semana de estancia en España, según una comparativa de datos de Global Blue que recoge la encuesta de gasto turístico Egatur de Tourespaña.
Estos datos, hechos públicos con motivo de la cumbre internacional sobre turismo de compras Shopping Tourism & Economy Summit que se celebrará en Madrid los próximos días 5 y 6 de octubre, ponen de manifiesto cómo el visitante chino es hoy por hoy el más rentable para la industria turística española.
Curiosamente, del total de visitantes que llegan a España, sólo cinco millones proceden de fuera de la UE y de éstos, sólo 300.000 tienen pasaporte chino. A través del gasto de ambos turistas, los datos descubren dos perfiles muy diferentes.
De esta forma, el extracomunitario se caracteriza por ser un visitante de mayor nivel que el europeo, empezando por el coste de sus pasajes debido a la larga distancia recorrida.
Mientras un extracomunitario opta, principalmente, por hoteles de cinco estrellas o incluso gran lujo, el europeo busca alojamientos de categoría media, que le permitan ajustar el presupuesto durante su estancia.
También es muy diferente cómo deciden emplear su tiempo de vacaciones. Mientras los turistas comunitarios buscan sol y playa, el chino dedica el 70% de su presupuesto total de viaje a las compras, siendo sus destinos prioritarios Madrid y Barcelona.
De hecho, según Egatur, la Comunidad de Madrid incrementó el gasto medio por persona un 1,5% en agosto, en parte debido al volumen generado por los países asiáticos.
Y es que mientras el comunitario opta fundamentalmente por un viaje de placer y desconexión –según fuentes del sector, el 93% del gasto realizado correspondió a turistas que visitaron España por ocio-, el asiático tiene como principal interés turístico el shopping, fundamentalmente relojerías, grandes almacenes y tiendas de complementos (marroquinería de alto nivel). De hecho, según Nielsen, el 90% sale del país sabiendo exactamente qué producto va a comprar.