Los países escandinavos tienen algo especial. La gente "de izquierdas" suele ponerlos como modelo a imitar. Al mismo tiempo, liberales, conservadores y gente de "derecha" también los señalan como ejemplo a seguir. Para intentar resolver esta paradoja busqué datos de Dinamarca, Finlandia y Suecia (los tres países nórdicos que están en la UE) y los comparé con los de España.
En los países escandinavos el gasto público y los impuestos son mucho más importantes que en España. El gasto no financiero (excluye el pago de intereses) es entre 12 y 17 puntos porcentuales (p.p.) del PIB mayor que en España. La brecha en lo que respecta a los impuestos es aún más grande, de entre 13 y 20 p.p. del PIB.
El mayor gasto no impide a los escandinavos ser más prudentes en el manejo de las finanzas públicas. Dinamarca tiene un superávit fiscal de 1,3% del PIB, mientras que España registró un déficit de 5,8% (el segundo mayor de la UE). Finlandia y Suecia tienen déficits compatibles con el límite del 3% acordado en la UE. Gracias a esa prudencia, la deuda pública es menor. Mientras en Suecia y Dinamarca la misma ronda el 45% del PIB, en España es más del doble que esa cifra.
Los países escandinavos gastan más, pero gastan de modo más eficiente. En los tres países la inversión pública (el gasto que sirve para aumentar la capacidad productiva del país) supone más de un 7% del gasto no financiero. En España es del 5%. Aunque el gasto público escandinavo es mucho mayor que en España, los asalariados del sector público son una porción más baja del total de asalariados: 9,2% en España, frente a 5% en Finlandia y 6,1% en Dinamarca. La encuesta entre directivos de empresas del World Economic Forum señala que tanto en Finlandia como en Suecia califican con 6,9 la eficiencia global del gasto público, una nota que casi duplica la de España.
La legislación laboral es muy flexible. En ninguno de los tres países hay restricciones al trabajo nocturno ni tampoco indemnización por despido. En Dinamarca y Suecia no existe el salario mínimo. La posibilidad de contratar de forma temporal es mucho mayor: en Dinamarca no hay límite para el encadenamiento de contratos y en Finlandia pueden llegar a 60 meses.
Pese a lo anterior (o precisamente por ello) las relaciones laborales no son conflictivas. En la encuesta antes citada los empresarios califican con 7 o más la cooperación entre empresas y trabajadores, frente a un 5,9 en España. El paro es mucho más bajo: 6,2% en Dinamarca, 7,6% en Suecia y 9,4% en Finlandia, contra 22,6% en nuestro país
El contexto es mucho más favorable que en España para la creación y el crecimiento de las empresas. Inclusive en los impuestos: si en España las empresas pagan por el Impuesto de Sociedades un 21,9% de su beneficio bruto, en Finlandia y Suecia pagan menos del 15%. El proceso para crear una empresa es más breve y más barato. Los empresarios califican las regulaciones anti-monopolios y las regulaciones económicas en general con mejor nota en los países escandinavos que en España.
Hay muchos más datos, pero por resumir aportaré solo uno más. Los países escandinavos tienen una economía mucho más libre. Dinamarca está 11º en el ranking mundial de libertad económica, en tanto que Finlandia ocupa el puesto 19º y Suecia el 23º. España está en el 49º.
La paradoja está aclarada. Lo que atrae a la gente "de izquierdas" de los países escandinavos es el elevado gasto público y los altos impuestos. Los liberales, conservadores y de "derecha" envidian la libertad económica de que ellos gozan.
Yo sacaría otra conclusión. Los países escandinavos no son más prósperos porque pagan muchos impuestos y tienen un alto gasto público. Su secreto es que saben más que compensar esa carga con una amplísima libertad económica, un gasto público eficiente y unas cuentas públicas prudentes. Si uno utiliza solo algunos ingredientes de una receta, el plato sabrá diferente. En política económica es exactamente igual.
Diego Barceló Larran es director de Barceló & asociados (@diebarcelo)