El Índice de Libertad Económica, que elabora cada año el Cato Institute y el Fraser Institute, en colaboración con otros think tanks, muestran hasta qué punto las economías del planeta son o no libres y su evolución a lo largo de las últimas décadas.
El último informe, recién publicado, correspondiente al ejercicio 2013, muestra que este particular ranking a nivel mundial es liderado por Hong Kong, Singapur, Nueva Zelanda, Suiza, Emiratos Árabes Unidos, Islas Mauricio, Jordania, Irlanda, Canadá y Reino Unido.
Por el contrario, las diez economías menos libres, de un total de 157 países analizados, son, por este orden, Venezuela, República del Congo, Libia, Chad, Siria, Argentina, Argelia, Zimbabwe y la República Centroafricana.
España, por su parte, ocupa el puesto 49 del mundo, situándose así en el grupo de economías moderadamente libres, por delante de Bélgica y Camboya, pero por detrás de Panamá y Honduras. En 2007, sin embargo, ocupaba el lugar 35 de un total de 141 países, de modo que ha retrocedido 14 puestos desde el estallido de la crisis financiera internacional.
Si se analiza por áreas, se observa que España sale muy mal parada en cuanto a tamaño del Gobierno (puesto 116 del mundo) y regulación (107), especialmente en materia laboral (118) y actividad empresarial (123 del mundo).
Así pues, el principal motivo del citado descenso en el ranking internacional se debe al mal estado de las cuentas públicas (déficit y deuda), el elevado gasto público y las fuertes subidas de impuestos aprobadas en los últimos años por PP y PSOE, mientras que España sufre todavía una de las regulaciones laborales y empresariales más rígidas del mundo.