Ni la crisis griega ha conseguido amargarle el verano a Alexis Tsipras. Según informa ABC, en plenas negociaciones con la UE, el líder de Syriza se instaló con su familia en una casa de lujo a una hora de Atenas por carretera.
Dicen que su estancia la costeó un rico empresario. Tsipras se reunía todos los días con su familia en esta vivienda a pie de playa y hubo veces, cuando tenía mucha prisa, que un helicóptero de la Armada le llevó en pocos minutos hasta su despacho presidencial.
Días antes de la dimisión de su gobierno, Tsipras también tuvo tiempo de enchufar a su pareja, Betty. Entonces, los ministros competentes firmaron la contratación de su compañera como profesora de informática en la Universidad Politécnica de Atenas.
Y la última contradicción de la vida de Tsipras con su discurso populista de izquierdas se descubre este fin de semana. La prensa griega ha captado el momento en que Betty lleva a su hijo de 5 años a uno de los colegios de primaria privados más elitistas de Atenas. ¿Dónde está la eficacia de la educación pública?
El hijo pequeño de Tsipras, nacido en 2012, acude ahora a un parvulario también privado y elitista. El precio total del año escolar para los dos niños alcanza los 16.000 euros, una cantidad que equivale a un salario medio griego en este momento.