Acaba de publicarse el Índice de Libertad Humana. El informe, coordinado por Ian Vásquez y Tanja Porčnik para el Instituto Cato, analiza aspectos como la calidad de la Justicia, la seguridad personal, la ausencia de trabas para el movimiento de personas, la tolerancia religiosa, la fortaleza de la sociedad civil, la libertad de expresión, el pluralismo sexual, los límites al poder gubernamental, los derechos de propiedad, la estabilidad monetaria, las oportunidades para comerciar con el resto del mundo o el acceso a financiación.
El documento sitúa en cabeza a Hong Kong, Suiza, Finlandia, Dinamarca, Nueva Zelanda, Canadá, Australia, Irlanda, Reino Unido y Suecia. Todos estos países se colocan en los primeros puestos del Índice de Libertad Económica que también elabora el Instituto Cato, confirmando el fuerte vínculo entre libertad económica y libertad personal.
Esa correlación viene reflejada en la siguiente gráfica:
De hecho, si dividimos a los países en cuatro grupos según el grado de libertad personal que registran en el estudio, vemos que el ingreso per cápita es mucho mayor donde el resultado alcanzado es más alto:
El vínculo también es muy fuerte entre el grado de libertad personal y la puntuación obtenida por cada país en los índices de democratización.