El desafío independentista catalán le pasa factura a su tejido empresarial. Si a esto le sumamos la alta fiscalidad de la región en comparación con otras autonomías como la Comunidad de Madrid, el resultado es que más de 1.500 las empresas han cambiado su sede de Cataluña a la región que preside Cristina Cifuentes desde 2010.
Y es que casi una tercera parte de las deslocalizaciones se han producido en el último año. Según los datos de Axesor recogidos por el Economista, en el año 2014 un total de 987 compañías de Cataluña trasladaron su domicilio fiscal a otras regiones, de las que 446 se instalaron en la región madrileña.
"La situación se ha desmadrado tras las últimas directrices secesionistas y en 2015 vamos por el mismo camino", reconoce Josep Bou Vila, presidente de la asociación de Empresaris de Catalunya al diario económico. El empresario asegura que los inversores encuentran actualmente más tranquilidad de capital en Madrid: "Huyen de todo lo que sean aventuras. Pueden ser positivas o negativas, pero igualmente son aventuras".
A cierre de 2014, Madrid fue la región donde más compañías se deslocalizaron, con 1.388 empresas menos, aunque no es un mal resultado, ya que a cambio ganó 1.994 nuevas compañías. Un caso opuesto es el de Cataluña, que se convirtió en la segunda comunidad autónoma que más empresas perdió con casi 1.000 empresas, pero con un saldo negativo, ya que sólo recibió 602.
Vila cree que los motivos de esta espantada son "primero, la enorme cantidad de regulaciones en materia de actividad, permisos de obra y control a la empresas. Segundo, que el control fiscal que hay en Cataluña es muy superior al que hay en Madrid y, finalmente, el gran problema del independentismo que preocupa mucho a los inversionistas".