El Gobierno explicará en la sede de la soberanía nacional la letra pequeña del tercer rescate a Grecia y cómo afectará a España para, a renglón seguido, someterlo a votación. Según fuentes de la Moncloa, los 10.000 millones que aportará el Ejecutivo a la bolsa comunitaria se notarán en el déficit público, pero no habrá más recortes. El pleno extraordinario se celebrará en la primera quincena de agosto, antes de un Eurogrupo que aún no está convocado formalmente, y Luis de Guindos será el encargado de defender la postura de Mariano Rajoy.
La votación no es obligatoria en España –sí lo es en Alemania, Finlandia, Austria, Holanda, Estonia y Eslovaquia-, pero el presidente logra así un golpe de efecto y consigue que su implicación en la renovada ayuda al país heleno quede refrendada por la Cámara. Aún más, que un PSOE hoy de perfil se retrate. En el Congreso, Rajoy reiteró que cumplirá con lo pactado con los socios europeos, pero aclaró que Alexis Tsipras no podrá dar marcha atrás en los ajustes comprometidos. "En estos meses se ha perdido mucho tiempo y se ha deteriorado notablemente la situación económica de Grecia", lamentó.
El Ejecutivo quiso dejar claro que las instituciones comunitarias estarán vigilantes y Tsipras no tendrá margen de maniobra. "Tiene que cumplir las reformas", repitieron varios ministros. "Ahora, creo que es el momento de que el gobierno griego muestre, a un tiempo, sensatez y responsabilidad", defendió Rajoy, que hizo un relato de las arduas negociaciones.
Para el jefe del Gobierno, ha quedado constatado "el cambio radical" en la actitud de Tsipras tras una estrategia que es "difícil de calificar". En los últimos meses, fuentes diplomáticas españolas no dudaron en lamentar tanto la celebración del referéndum como "las mentiras" que los mandatarios griegos lanzaron a la opinión pública. Así, muy duro, Rajoy lamentó tanto "la incertidumbre" a la que se sometió a los ciudadanos como "el corralito" que se vive en Grecia. "El más perjudicado ha sido el pueblo griego".
Dicho esto, defendió el acuerdo, al que se llegó por unanimidad en el Consejo Europeo aunque con un papel secundario de España. Un pacto "sólido y duradero", dijo, en el que se descarta "por completo" quitas nominales en la deuda. Si bien, Moncloa tendrá que ejecutar una "operación extraordinaria" que implicará "más deuda", avanzó Cristóbal Montoro en conversación informal en los pasillos del Congreso. "Será difícil volver a los niveles de confianza perdidos, pero se puede conseguir", avisó Rajoy a su homólogo heleno. Llamó "a la recuperación de la sensatez y del reconocimiento de la realidad más evidente".
Dura réplica a Sánchez
Tras escuchar a los distintos portavoces, el presidente volvió a subir al atril. Y fue muy duro con Pedro Sánchez, cuyo tono también se caracterizó por la típica beligerancia previa a una campaña electoral. "Con toda cordialidad, su intervención no ha tenido mucho que ver con el orden del día", le espetó Rajoy. Según la Moncloa, no habla claro de Grecia por tacticismo político. "Lo que ha hecho es arremeter contra mi modesta persona. Le hemos escuchado muchas descalificaciones personales, algún que otro insulto, una sobreactuación incomprensible y poco más", le arreó ante los aplausos de los suyos. "Otro mitin en el Congreso", corroboró un diputado del PP.
Rajoy se dirigió al líder del PSOE para advertirle de que le hubiera gustado conocer "su opinión" sobre el referéndum griego o las condiciones planteadas a su Gobierno. Más aún, atacó, porque "usted le ha dado los votos al partido del señor Tsipras en España". Esto es, a Podemos y a sus marcas blancas.
En todo caso, el presidente entró en el cuerpo a cuerpo y dio cumplida réplica al líder de la oposición. "No voy a callarme con lo que ha sucedido en el Eurogrupo", afirmó, en relación a la batalla perdida de Luis de Guindos. Rajoy denunció la falta de apoyo del PSOE cuando él sí respaldó la candidatura de Miguel Ángel Moratinos para ser secretario general de la FAO, que no consiguió. "Ganemos o no, nada les parece bien", se quejó, para recalcar que "en la vida, a veces se pierde y a veces se gana".
"No sé si ha tenido un día malo", remató en su última intervención sobre Sánchez, que antes había dicho que la economía "es más vulnerable" con el PP. El presidente volvió a echarle en cara varias cifras, recordó la "quiebra" del sistema financiero o del eléctrico en 2011 -"algunos problemillas", dijo con sorna- y le exigió que reconozca que la economía va a mejor y que la crisis es cosa de la historia. "Si no lo reconoce, se van a quedar solos", zanjó. En los pasillos, el Gobierno no rebajó la dureza contra Sánchez: "Es completamente desleal".