El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que ha guardado las formas públicamente con Alexis Tsipras y su equipo de negociadores durante las últimas semanas de cotización, ha estallado en una carta dirigida a sus compañeros del partido laborista Holandés. El diario El Mundo ha tenido acceso a esta misiva en la que Dijsselbloem relata algunos de los entresijos más sangrantes de la actitud griega en las negociaciones.
Quizá uno de los secretos más llamativos de cuantos cuenta Dijsselbloem en su carta es que "durante las negociaciones hemos insistido en que las grandes compañías navieras por fin paguen impuestos, pero el Gobierno de Tsipras no ha estado dispuesto a hacerlo. Hemos propuesto recortar en defensa en lugar de ahorrar en pensiones y el Gobierno de Tsipras tampoco ha estado dispuesto". Es decir, que el populista gobierno de Tsipras se niega a cobrarle un solo euro de impuestos a las grandes navieras y prefiere rebajar las pensiones que recortar el gasto en Defensa, según el socialdemócrata holandés.
El presidente del Eurogrupo tampoco esconde su preocupación por la actitud totalitaria del líder populista griego: "Las personas independientes que hay en servicios de la Administración como Hacienda corren el riesgo de ser despedidos o procesados", se desahoga en la carta a los suyos. Por otro lado, cuenta que durante las negociaciones exigieron a Grecia que "ponga orden. Hay que afrontar la moral tributaria, la corrupción, el nepotismo y los monopolios de poderosos sectores protegidos", pero Grecia también se negó.
Una de sus conclusiones es que "Grecia sólo va a crecer cuando se solucionen problemas profundos arraigados. Espero sinceramente que haya políticos honrados que den un paso adelante para asumir esa responsabilidad y que reciban el apoyo del pueblo griego".
Sobre el discurso de Tsipras de que piensa cumplir sus compromisos electorales, Dijsselbloem considera que esa actitud "le honra", pero "sus promesas electorales requieren mucho dinero extra, que no hay. Además, la política que ha llevado hasta ahora ha tenido como resultado que la gente retire masivamente su dinero del banco y los inversores estén espantados".
Finalmente, reconoce que "aunque ahora sabemos que Grecia nunca cumplió con los requisitos de adhesión al euro, su salida tendría consecuencias dramáticas para los ciudadanos griegos". Después de describir los problemas financieros griegos después de disparar la deuda pública, el déficit y los créditos baratos al consumo, Dijsselbloem concluye que "sin el programa de rescate europeo el colapso de la economía griega habría sido más rápido y profundo".
Respecto al pago de la deuda griega, Dijsselbloem fija el interés, no en la quita, sino en que "los plazos son largos y los tipos de interés bajos, así que el coste anual de la deuda griega es muy bajo. La verdadera pregunta es cómo puede volver el crecimiento a Grecia".
El presidente del Eurogrupo no ha sido el único que se ha mostrado exasperado con la actitud de los griegos en las negociaciones. Este miércoles por la noche, el secretario general de los populares europeos, Antonio López Istúriz, contó en En Casa de Herrero, de esRadio, que han sido desafiantes y muy poco serios. "Llegaban tarde, otras veces no llegaban" a las reuniones. Incluso, decía Istúriz, "han grabado conversaciones de forma ilegal" durante las largas jornadas de negociación.