Grecia ha pedido oficialmente el tercer "rescate". De esta forma, el gobierno heleno reconoce tácitamente que el país está en quiebra y que no puede seguir adelante sin la financiación concedida por el resto de países de la Eurozona. Además, ha extendido el corralito, al menos, hasta el próximo domingo con las mismas restricciones.
La desafiante postura que el primer ministro Alexis Tsipras mantuvo durante varias semanas empieza a desinflarse con esta solicitud. Desde el punto de vista técnico, la negociación no pinta bien para el de Syriza, ya que este tercer "rescate" deberá negociarlo con el MEDE, un mecanismo comunitario mucho más riguroso que el improvisado vehículo que se creó para canalizar los dos programas anteriores.
El documento de la petición se ha filtrado ya a los medios. En él, el gobierno de Syriza repliega velas y asume una serie de compromisos que van en la línea de las exigencias de las instituciones europeas. No obstante, el texto no concreta ni una sola medida. Por este motivo, habrá que esperar al menos 24 horas más para conocer los detalles de la agenda de reformas con la que Tsipras busca el entendimiento con los socios europeos.
El documento informa de que Grecia está dispuesta a implantar "a comienzos de la próxima semana" medidas de ajuste en el ámbito fiscal y en el campo de las pensiones. A cambio, solicitan un préstamo de tres años.
Estamos ante dos importantes derrotas del Ejecutivo heleno: para empezar, queda claro que recortará las prestaciones a los jubilados a pesar de que esta era una de las "líneas rojas" que Syriza decía que nunca rebasaría; además, Tsipras se ve obligado a solicitar un "rescate" de largo plazo, en vez de un "préstamo puente" como el que ha propuesto en varias ocasiones.
La asistencia financiera "será utilizada para hacer frente a las obligaciones de la deuda de Grecia y garantizar la estabilidad del sistema financiero", explican. Este último punto confirma algo que ya apuntaba Libre Mercado el pasado domingo: puede haber un nuevo "rescate" de la banca helena.
No hablan de quita
La negativa de Europa ha hecho que Syriza evite mencionar la palabra quita en el documento. De hecho, afirman que "Grecia se ha comprometido a cumplir con sus obligaciones financieras para con la totalidad de sus acreedores de una manera completa y oportuna".
Pero a esta frase le seguiría otra en la que se muestran encantados con una alternativa similar a la de una condonación de parte de su deuda. "Damos la bienvenida a la oportunidad de explorar potenciales medidas para que su deuda pública sea sostenible y viable a largo plazo", aseguran. La enésima incoherencia por parte del gobierno heleno.
