Llegó el momento de las buenas noticias. "La España de hoy y la España de finales de 2011, afortunadamente, no tienen nada que ver. Ese es el cambio fundamental que se ha operado en estos tres años", reivindicó un pletórico Mariano Rajoy ante la élite empresarial, reunida por el XXIX aniversario del diario Expansión. Y empezó con los anuncios, en plena precampaña electoral y con la clase trabajadora en el punto de mira.
Así, mientras se repiten imágenes dramáticas en la Grecia de los hermanos políticos de Podemos, Rajoy proclamó el fin de las restricciones en nuestro país. Para empezar, el Gobierno procederá a adelantar al 1 de julio la rebaja del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas que estaba prevista para el próximo enero de 2016. Esto es, con seis meses de anticipación, se desembolsa la segunda parte de la rebaja de este impuesto, por lo que los españoles tendrán ese dinero en su bolsillo antes de los comicios. Los detalles técnicos serán dados a conocer tras el Consejo de Ministros del día 10, que aprobará el techo de gasto.
Según los cálculos del Ejecutivo, la medida supondrá un ingreso adicional para los contribuyentes de unos 1.500 millones de euros este año y "todos los trabajadores notarán en su nómina, con efecto de 1 de julio, una rebaja de retenciones igual que la que experimentaron en enero de este año", en palabras del propio Rajoy, que se reserva para más adelante noticias sobre el IVA y los funcionarios.
En el siguiente cuadro, están los tramos de la tarifa general del IRPF desde 2011 (los que había cuando llegó Rajoy) hasta 2016 (los que se han adelantado al 1 de julio). También están los vigentes de 2012-2014 (tras la subida de impuestos que el Gobierno aprobó en diciembre de 2011, nada más llegar a La Moncloa):
El presidente no se quedó ahí y desveló que se extenderá a todos los autónomos el tipo de retención del 15% en el IRPF, mientras que hasta ahora sólo se aplicaba a aquellos con rendimientos inferiores a 15.000 euros. Con ello, según Rajoy, mejorará la liquidez y la capacidad de inversión de los contribuyentes por actividades profesionales.
Todo ello en un contexto mucho más favorable al previsto inicialmente por el Ejecutivo. Tras sacar pecho de los últimos datos de empleo y de afiliación a la Seguridad Social, el presidente avanzó una revisión al alza de las previsiones de crecimiento, que será del 3,3% para 2015 (frente al 2,9%) y del 3% para 2016 (frente al 2,9% inicial). Y volvió a defender su gestión: "Ese es el cambio que querían los españoles" y "el que reconocen nuestros vecinos europeos y todos los observadores e inversores internacionales".
El jefe del Ejecutivo avanzó su intención de presentar y tramitar los Presupuestos Generales porque, argumentó, es "lo que conviene y lo que necesita España". "Serán el instrumento para dar seguridad a los españoles, a los distintos agentes económicos y a los mercados", destacó, al tiempo que insistió en que su Ejecutivo "seguirá gobernando hasta el último día de la legislatura". En otras palabras, no tiene previsto adelantar los comicios, que podrían celebrarse -según algunas voces del gabinete- la segunda o tercera semana de diciembre.
Respuesta a Tsipras
España va ya a velocidad de crucero, según el Gobierno, y el país heleno no será obstáculo para que se cumplan sus planes. "Pase lo que pase en Grecia, el euro seguirá adelante y nuestro país, como parte importante del mismo", tranquilizó Rajoy. En cambio, se mostró muy crítico con Alexis Tsipras, su homólogo griego, al que no citó en ningún momento: "En la UE no caben las decisiones unilaterales ni las políticas de hechos consumados".
El domingo, reconoció a las claras, va a ser "una fecha clave" en la historia de la UE. Y se situó del lado de Angela Merkel para recalcar que "el euro no es un club a la carta" sino que "tiene normas y reglas que velan por la supervivencia" del conjunto. "Normas que también se saben aplicar con flexibilidad, pero que nos obligan a todos", sentenció. Fuentes del Ejecutivo confirmaron que contemplan la salida de Grecia de la moneda única si Tsipras gana el referéndum. "Lo vemos muy mal", deslizó un ministro.
"Más humildad"
Pese a Grecia y que "aún queda mucho por hacer", Rajoy no abandonó en ningún caso el optimismo. "Crecemos porque producimos y exportamos, a diferencia de lo que ocurrió hasta ahora, cuando crecíamos a base de endeudarnos para comprar lo que producían otros". Un cambio de situación que, según prosiguió, "no ha caído del cielo, no es producto de una conjunción astral, ni de unas palabras mágicas". A su modo de ver, el giro se ha producido gracias al esfuerzo de los españoles y las reformas de un "Gobierno serio".
En síntesis, Rajoy cree que en líneas generales ha hecho lo que debía. "El reto es avanzar en el cambio o retroceder". Si bien, también dijo que ha entendido el revés en las urnas para el PP. "Ganamos, pero perdiendo muchos apoyos; los españoles nos han enviado un mensaje y es nuestra obligación interpretarlo correctamente y actuar en consecuencia", destacó, para ponerse como deberes "ser más contundentes en la lucha contra la corrupción" y "más sensibles ante problemas como la exclusión y la desigualdad".
El presidente, que no dio contestación a las duras acusaciones vertidas por Luis Bárcenas, prometió a partir de ahora "humildad", siendo "más convincente" a la hora de plantear su proyecto de país. Los empresarios contestaron a su discurso con un sonoro aplauso.