"No se puede negociar de nuevo antes de la celebración del referéndum". Con esta claridad ha respondido este miércoles Angela Merkel en el Parlamento alemán, a la carta en la que Alexis Tsipras acepta las condiciones de la troika. El Gobierno alemán quiere que, puesto que el órdago de las urnas está sobre la mesa, se llegue hasta las últimas consecuencias. No habrá respiro para Tsipras hasta el domingo. Entonces, y con el resultado en la mano, se podrá hablar de nuevo.
Merkel tenía prevista una reunión en el Bundestag centrada en la situación en Grecia. Todo parecía cambiar minutos antes de su comparecencia, con el anuncio de esa carta de aceptación de las condiciones. Pero la canciller alemana ha rebajado las expectativas con una sola frase: "No se puede negociar de nuevo antes de la celebración del referéndum".
Aunque los griegos tienen derecho a celebrar una consulta, los otros 18 miembros de la eurozona tienen derecho a responder de forma "proporcionada", ha añadido. "La puerta a las conversaciones con el Gobierno griego siempre ha estado, y sigue, abierta", ha asegurado.
En este sentido, parece que el Gobierno alemán no se quiere adelantar. Cerrar un acuerdo ahora y que luego salga un "No" en las urnas sería dramático. Supondría una deslegitimación completa de las negociaciones. Y si sale el "Sí", queda muy debilitado Tsipras. Por eso, la apuesta desde Berlín es mantener el calendario sin cambios y esperar a la decisión de los votantes.
En la misma línea, su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, declaraba unos minutos antes que no puede haber acuerdo con Grecia mientras Atenas "no cambie de actitud" hacia las instituciones. "La segunda carta de Tsipras no ha aportado claridad (...) No hay una base para una negociación seria, pero siempre estamos abiertos para discutir", añadió en rueda de prensa el ministro germano.
En este sentido, Schäuble afirmó que la actual situación es "completamente nueva", en referencia a la convocatoria de un referéndum el próximo domingo en el país heleno, subrayando que existen rumores "incluso de cancelación del referéndum". "Esto no es serio, necesitamos claridad y saber cuál es la situación", declaró el ministro alemán, quien recordó que el país heleno "hasta el momento" no ha cumplido sus obligaciones y ha impagado los créditos del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando si quiere seguir recibiendo las ayudas pendientes "debe cumplir las condiciones de los acreedores".
Desde la medianoche, cuando expiró el segundo programa de rescate, la situación es "totalmente distinta" y no se puede hablar como si Grecia estuviera todavía dentro de ese programa. Ante las críticas que reciben Alemania y las instituciones acreedoras, el titular alemán de Finanzas aseguró que en la negociación él siempre se ha atenido a las reglas nacionales, a las europeas y a los acuerdos del Eurogrupo. "Si todos se hubieran atenido a ellos, no estaríamos, especialmente Grecia, en una situación tan desesperada. Nosotros mostramos una y otra vez disposición a la flexibilidad pero las cosas han venido empeorando continuamente desde enero. Grecia, a diferencia de todos los otros países de la eurozona, no ha mejorado sino empeorado sus cifras económicas", añadió.