La llegada de Manuela Carmena a la Alcaldía de Madrid puso en alerta a algunos de los inversores más importantes de la capital. Antes de las elecciones municipales, la ex jueza se había mostrado hostil con grandes operaciones urbanísticas como la proyectada para el distrito Castellana Norte.
Antes de los comicios, la candidatura que ahora gobierna la Villa y Corte hablaba abiertamente de "paralizar las operaciones especulativas, de expolio de suelo y patrimonio público". De hecho, Ahora Madrid se refería a actuaciones como la Operación Chamartín como "pelotazos urbanísticos" que no tendrían cabida en caso de su llegada al poder. Esta amalgama de ataques puso en riesgo una inversión total de 6.000 millones que además está llamada a crear 120.000 puestos de trabajo.
Sin embargo, a pesar de la fuerte retórica que emplearon Carmena y los suyos, lo cierto es que la realidad ha hecho que la regidora repliegue velas y cambie de estrategia. La clave ha sido una reunión celebrada el miércoles 24. En el encuentro han estado presentes la nueva alcaldesa de la capital y Antonio Béjar, el presidente de la sociedad concesionaria de la Operación Chamartín.
Desde Ahora Madrid no han querido darle importancia a la cumbre y, de hecho, le han quitado hierro al asunto. La versión oficial se ha referido al encuentro como una reunión más, enmarcada en la rutina de la gestión diaria. Sin embargo, fuentes consultadas por Libre Mercado apuntan que el encuentro ha sido mucho más serio de lo que admiten desde el equipo de la ex jueza. Al fin y al cabo, hablamos de un proyecto urbanístico de gran calado, pues su ejecución supondría la reconversión de 3,1 millones de metros cuadrados.
Antes de 2017
A lo largo del encuentro, Béjar ha explicado a Carmena que la Operación Chamartín no puede quedarse en el aire a la espera de una decisión por parte del equipo de gobierno de Ahora Madrid. La sociedad encargada de impulsar el proyecto, participada al 75% por BBVA y al 25% por San José, tiene claro que, si entre 2015 y 2016 no hay un OK definitivo por parte del consistorio, la inversión quedará cancelada.
Béjar ha explicado a Carmena que el proyecto cuenta con el aval de casi medio centenar de informes favorables, emitidos desde distintas entidades públicas. Además, el proyecto final que ahora está en vilo ha incorporado miles de cambios sugeridos por los vecinos de la zona. Estos dos argumentos desmontan los argumentos de Ahora Madrid, que hasta ahora venía presentando el proyecto como una operación especulativa, cuya legalidad debía ser revisada y cuyo valor social estaba por demostrar.
La entidad concesionaria espera que el Ayuntamiento abandone la retórica previa a las elecciones y apruebe el Plan Parcial que permitiría poner en marcha el proyecto a la mayor brevedad posible. Por su parte, Carmena se ha comprometido a estudiar los pormenores de la actuación con su equipo de gobierno. En este sentido, llama la atención que en la reunión no ha estado presente el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid.
Es posible que Carmena insista en que la concesionaria modifique algunos aspectos menores del proyecto. En cualquier caso, la clave es que Ahora Madrid parece "recular" de su posición inicial, abriéndose ahora a la posibilidad de aprobar una actuación que, hasta hace pocas semanas, era criticada con dureza desde las filas de la candidatura de la ex jueza. Por su parte, tanto BBVA como San José tienen claro que puede haber algunos retoques, si bien los aspectos fundamentales de esta gigantesca actuación urbanística no son negociables.