Mariano Rajoy tiene previsto un calendario de anuncios potentes para recuperar el imprescindible impulso político de cara a las elecciones generales, que ha descartado adelantar para que la recuperación económica cale de forma definitiva en la ciudadanía. El alcance de las medidas dependerá, básicamente, de la recaudación del Estado. Pero el área económica del Ejecutivo es optimista pese a los temores por Grecia: la economía patria habría crecido en el primer semestre a una tasa anulaizada próxima al 4%.
En este contexto, el presidente ha pedido "papeles" a los actores económicos de la Moncloa. Quiere saber hasta dónde puede llegar con sus anuncios, con la vista puesta en la clase media. "Ahora podemos hacer cosas. Las reformas están funcionando", afirman sin medias tintas desde el entorno de Rajoy. Medidas de "impacto" que no han sido todavía aprobadas, pero que se están estudiando y, muy previsiblemente, serán dadas a conocer por el presidente en periodo de precampaña -que arranca a mediados de julio, cuando el PP ha convocado una conferencia política-.
Para empezar, el Gobierno estudia presentar los Presupuestos de 2016 en breve, incluso antes del mes de agosto, y no en septiembre como es lo usual. Para ello, el Consejo de Ministros aprobará el techo de gasto, que superará los 130.000 millones de euros, el próximo 3 de julio. "Las cuentas de la recuperación", tal y como las han bautizado en la Moncloa. "Quien lo hubiera dicho hace meses", sacó pecho Luis de Guindos este mismo miércoles en el Congreso, defendiendo que "si todo continua según las proyecciones, podremos haber recuperado los niveles de renta previos a la crisis".
En síntesis, Rajoy quiere ofrecer a la opinión pública más que cifras. Y el Gobierno trabaja desde hace meses en el capítulo de impuestos y, también, se hará un guiño a los funcionarios. Según ministros y altos cargos, la pretensión presidencial es anunciar una bajada del IVA antes de las generales, amén de seguir reduciendo otros tributos. El propio Rajoy lo sugirió tanto en la campaña de las locales y autonómicas como en el último Comité Ejecutivo del PP, pero de momento ha optado por no hacerlo oficial.
En la actualidad, hay en marcha una rebaja fiscal que afecta al IRPF y al impuestos de sociedades, cosa que volverá a ocurrir en 2016. Pero, sobre el IVA, Rajoy contestó este mismo lunes en rueda de prensa que "no hay cerrada" ninguna nueva decisión al respecto.
El caos informativo en el Gobierno llegó a propósito de las posibles medidas en favor de los funcionarios. El martes, se filtró que Moncloa estudia devolverles la paga extra y, el miércoles a primera hora, José Luis Ayllón -portavoz gubernamental- se encargó de enfriar las expectativas. "Desconozco de dónde surgen esas informaciones, que no están en este caso en los planes del Gobierno", afirmó tras acercarse a los periodistas en los pasillos del Congreso.
La Mesa de Función Pública -integrada por Gobierno y sindicatos- ya se está reuniendo, pero un portavoz oficial destacó que ninguna medida concreta ha pasado aún por la mesa del Consejo de Ministros. Esto es, se están barajando "máximas" y "propuestas" pudiéndose alcanzar "algunas cosas y otras no". Cristóbal Montoro, el titular de Hacienda, trató de poner orden: se pretende devolver el esfuerzo de los años pasados "a todos, y también a los funcionarios".
Montoro explicó que ya se ha reintegrado una parte de la paga extra de 2012 y se han devuelto días de libre disposición. "Y nuestra intención es seguir haciéndolo a medida que tengamos margen presupuestario y en diálogo con los sindicatos", recalcó, sin pillarse en ningún momento los dedos. Algunos diputados populares apuntaron a Jorge Moragas como filtrador inicial, aunque la Moncloa no entró en embrollos.
Precisamente para mejorar -entre otras cosas- la coordinación, Rajoy se encerró durante cerca de dos horas y media con su nuevo Comité de Dirección, incluido Moragas. Según las fuentes consultadas, el presidente exigió que se comunique más y traten de marcar la agenda política, aunque evitó abordar la cuestión de los funcionarios. Al término, eso sí, un aleccionado Pablo Casado fijó la postura oficial. El PP, aseguró, hará "honor a la palabra dada" y devolverá la extraordinaria a los funcionarios "cuando se den las condiciones". Y aún le dio tiempo para cargar contra el PSOE: "En Andalucía llevan tres pagas extraordinarias no abonadas y nadie habla de devolverlas".
Confirmado el plan de Rajoy, algunos cargos del partido mostraron en privado su frustración por la "oportunidad perdida" de vender bien una medida "que, en líneas generales, sería bien entendida por los ciudadanos". "Hemos vuelto a hacer el ridículo", fue el resumen de un veterano Desde la Moncloa, lo más que acertaron a añadir es que los anuncios los hará Rajoy, y cuando corresponda. Y pronto vendrán buenas noticias: "Se van a devolver los sacrificios que ha hecho la sociedad", sin olvidar tampoco a "familias" y "pensionistas".