Casi cuatro de cada diez jóvenes españoles con más de 25 y menos de 34 años vive en casa de sus padres. El porcentaje exacto del barómetro publicado por Eurostat sitúa esta cifra en niveles del 37,2%. Esta cifra deja a España por debajo del 51,6% griego, el 46,6% italiano o el 44,5% portugués.
Sin embargo, hablamos de niveles muy superiores al 11,5% francés, el 14,4% británico, el 17,3% alemán o el 22,6% irlandés. Más bajas aún son las tasas de los países escandinavos, donde el número de jóvenes de entre 25 y 34 años que vive en casa con sus padres se mueve en niveles de apenas el 4%.
18 millones de personas
No es la primera vez que los servicios estadísticos de la Unión Europea hacen este tipo de informes. Ya en 2008, Eurostat apuntaba que el número de jóvenes que aún viven con sus padres suma casi 18 millones de personas a lo largo y ancho del Viejo Continente.
Aquel informe apuntaba que un paso prolongado por las aulas guarda una estrecha relación con este tipo de escenarios. En el caso de nuestro país, las estadísticas oficiales muestran que un español medio llega a los 30 años habiendo trabajado menos de cinco años, frente a los 10 que registran los jóvenes suizos u holandeses al llegar a la treintena.
Pero volviendo a los datos de Eurostat, vemos también que solamente el 15% de los jóvenes españoles de entre 25 y 34 años seguía estudiando. Esta cifra choca con los niveles observados en países como Dinamarca, donde esta cuota alcanzaba al 40% de los analizados.
La generación ni-ni
Los datos apuntalan la tesis de que nuestro país se sitúa entre las naciones europeas con un mayor porcentaje de "ni-nis", porcentaje que designa a los jóvenes que ni estudian ni trabajan. En 2014 se estimaba que 706.900 menores de 25 años están en esta situación.
Evidentemente, este escenario acarrea un coste significativo en términos económicos. De acuerdo con la Comisión Europea, que el 21% de los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años no estudie ni trabaje tiene un coste de 15.700 millones de euros.