A lo largo de los últimos años, formaciones políticas como Podemos han repetido de forma insistente que "más del 70% del fraude fiscal se concentra en grandes empresas y fortunas". Esta afirmación nace de una nota de prensa de Gestha, un sindicato de técnicos de Hacienda que no ha sido capaz de presentar a Libre Mercado un informe que respalde dicha afirmación.
Ante semejante escenario, se hace necesario acudir a otras fuentes para tocar esta cuestión con acierto. Una eminencia en este campo es el economista Friedrich Schneider, que ha publicado rigurosos estudios sobre el tamaño de la economía sumergida en Europa.
Schneider, una eminencia
Para el caso español, Schneider apunta que las actividades que se desarrollan "en B" suponen el 18,6% del PIB. Esta cifra es casi idéntica a la media europea, que se ubica en el 18,4%. Por tanto, España está peor que Alemania, Francia, Holanda... pero mejor que Portugal, Italia o Grecia.
También la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) ha estudiado esta cuestión, publicando informes que elevaban el peso de la economía sumergida hasta niveles del 23-25% del PIB. Otro ejercicio similar es el que completó la Fundación de Estudios Fiscales, que fijaba el alcance del "mercado negro" en el 20% del PIB.
Huelga decir que no toda esa actividad sumergida es susceptible de ser gravada por el Estado. Por ejemplo, si tomamos como referencia el informe de Schneider, vemos que llevar el fraude fiscal a niveles como los observados en Noruega supondría reducirlo del 18,6% al 14%. De esos 4,6 puntos del PIB, una parte podría operar "en A" pero otra ya no sería rentable debido a los costes fiscales y regulatorios.
En cualquier caso, aún suponiendo que España consiguiese aflorar esos 4,6 puntos del PIB, la recaudación fiscal no equivaldría a dicha cifra, sino a una parte de la misma. Asumiendo un tipo tributario del 25%, apenas hablaríamos de un aumento del 1,15% del PIB en la recaudación, muy lejos de las enormes cifras que divulgan partidos políticos como Podemos.
Los Inspectores de Hacienda responden
Frente al rigor de estos cálculos, los Inspectores de Hacienda publicaron en enero de 2015 un comunicado muy crítico con el tratamiento que Gestha ha dado a esta cuestión:
"Algunos otros estudios, en su afán por aportar datos llamativos que calan con facilidad en la opinión pública y a medios de comunicación, realizan estimaciones desglosando las magnitudes del fraude por regiones, por tamaño de empresas, o por tipologías"
(...)
"Sería, además, muy interesante que aquellos que hablan una y otra vez de esas llamativas cifras aportaran los estudios en los que se basan para poder contrastarlas. De unos estudios previos sin fundamento surgen propuestas inadecuadas e imposibles"
Los inspectores advertían que muchas de las tesis sobre el fraude fiscal de las grandes empresas se derrumban una vez diferenciamos las tácticas de elusión (estrategias legales que aligeran la carga tributaria) de prácticas que sí suponen un delito fiscal:
"El problema de las empresas más grandes es de elusión más que de evasión, ligado a la existencia de resquicios (loopholes) en las normas internacionales, por lo que el dígito del 72% de fraude en estas empresas no parece razonable"
En referencia clara a la cercanía de las propuestas de Gestha con las de Podemos, los inspectores hacían las siguientes consideraciones:
"Un sindicato de funcionarios de la AEAT ha propuesto a un partido político emergente, como remedio para luchar contra el fraude fiscal, 'fichar a 26.000 nuevos Inspectores de Hacienda'. Semejante propuesta es una auténtica barbaridad, carente de lógica y que sólo puede obedecer a la obsesión que tiene este Sindicato por conseguir mejoras económicas en su colectivo intentando que todos los Técnicos se conviertan en Inspectores de Hacienda sin superar la correspondiente oposición"
"Este podría ser el motivo de que se hagan pasar en los medios de comunicación por Inspectores de Hacienda, propiciando continuamente confusiones y malentendidos entre la opinión pública"
¿Debe 'engordar' la plantilla de la AEAT?
En su comunicado, los Inspectores de Hacienda destacaban que la plantilla actual de la Agencia Tributaria cuenta con 26.231 empleados, de los que unos 2.398 son funcionarios del grupo A-1 (inspectores) y 7.777 pertenecen al grupo A-2 (técnicos).
Por tanto, la propuesta de Gestha se traduciría en un escenario ridículo en el que la Agencia Tributaria contaría con 30.000 inspectores pero apenas 7.000 técnicos. Como explicaba el comunicado, estaríamos ante "un ejército en el que la mayor parte de los efectivos son generales y apenas hay soldados".