En mayo, Xi Jinping, el líder que más viajes internacionales realiza al año, estuvo en Kazajistán, donde China ha invertido muchas energías, tiempo y dinero en afianzar cierta influencia en la región. A los contratos entre ambos países en materia de cooperación e infraestructuras -el nuevo "softpower" chino- que siempre se suelen suceder tras este tipo de encuentros, lo cierto es que el punto principal en la agenda era el nuevo cinturón asiático que está impulsando China para asegurarse un mejor acceso a los mercados Europeos.
Se trata de revitalizar la vieja ruta de la seda en el siglo XXI y que, realmente, cumpla su función de arteria en los tráficos comerciales entre oriente y occidente. Con esta visita, Xi Jinping visita por segunda vez Kazajistán, que ocupa la parte central del cada vez más importante hinterland euroasiático. A día de hoy, una atractiva novia con la que quieren bailar chinos y rusos.
Huelga decir que para la antigua república soviética el cinturón euroasiático es una de las principales prioridades del país, que ve cómo los beneficios de la globalización económica por fin podrían llegar a sus fronteras, convirtiéndose en un importante hub comercial y energético en la región.
El plan aprobado en esta última visita del mandamás chino incluye inversiones por 9.000 millones de dólares entre 2015 y 2017. En los últimos años Kazajistán, y también otros países de la región, han realizado esfuerzos por fortalecer sus marcos institucionales, pero sus economías son aún relativamente muy pobres y carecen del ahorro necesario para acometer muchas de las infraestructuras que podrían meter en el mapa económico a todos estos países.
En este sentido, los acuerdos de cooperación con China van en la línea no únicamente de facilitar capital para el desarrollo de estas infraestructuras, sino también conocimiento y el despliegue de ingenieros y técnicos en los ámbitos de construcción civil, energía, redes eléctricas y de telecomunicaciones.
Con esta inversión de 9.000 millones, China suma ya un total de 26.000 millones de inversión directa en el país, siendo el principal destinatario de los flujos de inversión chinos en la región, según los datos que facilitó la agencia de noticias oficial Xinghua. Lo anterior se ha traducido en que, actualmente, ya hay más de 700 empresas conjuntas (joint-ventures) de capital chino-kazajo, con el objetivo de llevar a cabo los ambiciosos planes de China con respecto a la nueva ruta de la seda.
El viaje de Xi Jinping de la semana pasada, y no de casualidad, también incluyó un paso por Rusia y Biolorrusia, y no únicamente para firmar más acuerdos de cooperación bilateral, sino también para participar de actos políticos, como la conmemoración en Moscú del 70 aniversario del día V.