El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, repasa su política fiscal durante la presente legislatura en una entrevista concedida a Thomson Reuters La Revista. A continuación, se muestran las principales cuestiones tratadas.
- La presente legislatura arrancó su primer año con una subida de 27 impuestos y enfila su recta final con medias de reducción de la carga tributaria. ¿Cuál será el saldo definitivo?
Las decisiones de política tributaria van más allá de lo que es un mero saldo. Cuando subimos los impuestos al inicio de la legislatura teníamos que afrontar el doble problema de reducir el déficit público, situado en 2011 en el 9% del PIB, un 50% superior al previsto, y frenar la caída de los ingresos, que había alcanzado los 70.000 millones de euros en sólo dos años. La subida impositiva sirvió para los dos propósitos.
Además, hay que tener en cuenta que casi la mitad del incremento fiscal, que sumó 7.000 millones entre 2011 y 2013, se obtuvo con la subida en el Impuesto sobre Sociedades. La mayor parte de ese aumento de recaudación provino de las grandes empresas, a las que subimos el tipo efectivo del impuesto respecto al resultado contable, hasta el 6% después de que en 2011 se hubiera reducido hasta al 3,8%. El resto del incremento de recaudación provino, en su mayor parte del IRPF, a través de una reforma fuertemente progresiva. Más de un 80% del aumento de la recaudación procedió del 20% de la gente con mayor renta.
- Según el CIS, usted es uno de los políticos peor valorados de este país. ¿Qué porcentaje considera que es innata al cargo?
No lo sé; probablemente no es el cargo político que levante mayores oleadas de entusiasmo popular… Pero tampoco es algo que me cause mayor preocupación. Llevo ya muchos años en política como para que me quiten el sueño las encuestas.
Mi única preocupación como ministro es que las decisiones que tomo tengan consecuencias positivas en la vida de los españoles. Cuando veo que es así, cuando compruebo que la política que hemos llevado a cabo está dando frutos, en términos de creación de empleo y de crecimiento económico, y que los ciudadanos empiezan a notarlo, me siento suficientemente recompensado.
- La reforma fiscal entró en vigor el 1 de enero con la voluntad de disminuir la presión fiscal a familias y pequeños contribuyentes. ¿Cuánto de electoral tiene este calendario, y cuánto de acompasar técnicamente la recuperación de la economía con una bajada de la presión fiscal?
Yo no miro el calendario electoral; si quisiera hacer electoralismo habría bajado los impuestos de golpe este año en vez de hacerlo en dos fases, en 2015 y 2016. Hemos tomado la decisión cuando correspondía, cuando las medidas adoptadas han surtido efecto, cuando se han cumplido los objetivos de déficit y la presión fiscal se ha situado en torno al 38% del PIB, que es el nivel adecuado para que España pueda sostener su Estado de Bienestar. Es lo que hicimos a finales de los 90 y obtuvimos muy buenos resultados, porque en aquellos años vivimos la etapa de mayor creación de empleo que se ha visto en España.
- Una pequeña empresa con una cifra de negocio que no alcance los seis millones de euros tributa al 20%, mientras que una gran compañía que ingrese más de 1.000 millones lo hace al 16,9%. ¿Por qué no ha sido posible un mayor acercamiento de la diferencia entre el tipo nominal y el efectivo en el Impuesto sobre Sociedades?
Estamos trabajando en esa dirección desde el principio. En nuestra anterior etapa de Gobierno, las grandes empresas pagaban más impuestos que después con los socialistas. Como le he dicho, el tipo efectivo sobre el resultado contable de los grupos consolidados se redujo en 2011 hasta el 3,8%, y algunas empresas del IBEX consiguieron no pagar por Sociedades.
Eso se acabó. En 2013, por ejemplo, el tipo efectivo de las empresas del IBEX sobre el resultado contable alcanzó el 9,3%. Además, aprobamos medidas, no sólo para que esas empresas paguen más, sino para perseguir prácticas de elusión fiscal que hacen mucho daño a la economía del país.
- ¿Se está reduciendo lo necesario la carga fiscal para potenciar la recuperación económica y de empleo?
Ése es el gran objetivo de la reforma. No debemos olvidar que aún estamos en una fase inicial de la recuperación y que necesitamos mantener unos niveles en nuestros ingresos fiscales después de una pérdida de recaudación tan elevada como sufrimos en años anteriores. Por eso, la prudencia nos aconsejó que la reforma entrara en vigor en dos fases; no obstante, estamos seguros de que tendrá una importancia decisiva para potenciar el crecimiento y el empleo.
- También ha lanzado inspecciones a colegios y despachos. ¿Cuál es el objetivo del Fisco y qué se están encontrando en esta labor?
La Agencia Tributaria realizó el año pasado casi 100.000 actuaciones que afectan a un amplio abanico de colectivos. De vez en cuando se lee en prensa que se persigue a los artistas, a los deportistas, a los hosteleros… o a los despachos. No hay persecuciones, sólo el trabajo habitual de la Agencia. El objetivo siempre es el mismo, que todo el mundo pague lo que le corresponde para sostener los servicios públicos.
- ¿Tiene previsto su Ministerio adoptar nuevas medidas contra la economía sumergida que, según un informe de la agencia Randstad, representa en España el 18,6% del PIB, lo que supone más de 190.000 millones de euros?
La lucha contra la economía sumergida es constante. No podemos tolerar la insolidaridad de quienes actúan irregularmente. La economía sumergida supone competencia desleal; supone detraer dinero que es necesario para financiar la sanidad, la educación o las pensiones; supone que hay trabajadores sin derechos sociales y una falta de garantías para el consumidor.
Luchar contra la economía sumergida es una tarea de todos porque a todos nos perjudica, y el Gobierno está en primera línea. El plan de control de la Agencia Tributaria de este año viene con nuevas medidas para impulsar esta labor.
Entre ellas figuran comprobaciones coordinadas en establecimientos con ventas al consumidor final y el rastreo de más de 200.000 dominios en Internet para incorporar información relevante a la base de datos de la AEAT. La AEAT está en un proceso de innovación de procedimientos, para mejorar la capacidad de detección del fraude fiscal, a través de medios telemáticos.
- Se ha hablado mucho sobre las presiones desde Bruselas para aumentar el tipo del IVA y también acerca de las sucesivas negativas que el Ministerio trasladaba al Ejecutivo comunitario. Esta resistencia política al aumento del IVA, ¿tiene fecha de caducidad?
En absoluto. El IVA no se va a subir. No es necesario. En su momento aprobamos una subida y no va a haber más. Los ingresos por IVA han crecido y van a seguir haciéndolo por el aumento del consumo. Si ahora subiéramos este impuesto frenaríamos el consumo y perjudicaríamos el crecimiento, que es justo lo contrario de lo que perseguimos con la reforma fiscal.
Además, yo creo que en Bruselas ya entienden perfectamente nuestra política y valoran que es la que mejores resultados está dando en toda la Unión Europea, porque nos ha convertido en el país que va a liderar el crecimiento económico en 2015.
- Al defender en el Pleno del Congreso de los Diputados el Proyecto de LRSAL, confirmó que en un año habría un proyecto de financiación local. ¿Para cuándo estará finalmente la tan anhelada reforma de la financiación de las Entidades Locales?
Lo razonable es dejar que pasen las elecciones locales y autonómicas para no interferir en la campaña y, a partir de ahí, revisar tanto la financiación local como la autonómica. Será una revisión de la financiación en sentido amplio, que incluirá una reforma de las figuras tributarias de las Administraciones territoriales, así como del tradicional sistema de financiación de las CCAA y de las Entidades Locales.