La economía de Venezuela sufrirá este año el mayor descalabro de América Latina. Según las últimas previsiones del FMI, el PIB venezolano cerrará 2015 con una caída del 7%, un desplome mucho mayor del 4% con el que acabó 2014.
Al declive de los datos de crecimiento del país que preside Maduro hay que sumarle una inflación desbocada. Y es que según el organismo que preside Christine Lagarde, el IPC de Venezuela terminará el año en el 97%, también por encima del 60% del año pasado.
La fuerte caída de los precios del petróleo, el control estatal de la economía y "otras distorsiones han intensificado las carencias de productos básicos para una economía ya en recesión y en mala forma", asegura el FMI.
Para intentar atajar el problema, el Gobierno bolivariano ha tomado dos soluciones insólitas: encomendarse a que el precio del petróleo suba y dejar de publicar los datos económicos.
Así, Maduro simplemente se limita a esperar a que el brent vuelva a los 100 dólares, una cifra muy difícil de lograr si tenemos en cuenta que actualmente, el barril ronda los 57 dólares.
La otra de las actuaciones del Ejecutivo venezolano es el ocultismo. Tal y como recoge El Mundo, el Banco Central de Venezuela (BCV) no facilita datos económicos desde hace meses a pesar de que una directiva del propio BCV obliga a hacer públicas las estadísticas macroeconómicas mensualmente.