Mientras que la gran mayoría de las CCAA españolas restringen la actividad de los apartamentos turísticos, Portugal ha decidido que no hay que ponerle puertas al campo. Según recoge Idealista, el Secretario de Estado de Turismo de Portugal, Adolfo Mesquita, ha asegurado que el alquiler vacacional "se ha convertido en una tendencia imparable y que, en su opinión, ningún país puede decir a un propietario qué puede hacer o no con su inmueble".
Mesquina ha hecho estas declaraciones en el marco del Salón Inmobiliario Internacional de Madrid (Sima) 2015 que se celebró en Madrid la semana pasada. El portugués cree que "estamos ante un fenómeno que no tiene marcha atrás, que ha venido para quedarse y que no supone una competencia desleal para el negocio hotelero".
En España el lobby hotelero lleva más de un año denunciando al alquiler vacacional y clamando por una regulación más restrictiva. El Secretario de Estado de Turismo de Portugal ha recordado que "el alquiler vacacional no es un producto que hayan creado los propietarios, sino que ha surgido como consecuencia de la demanda turística. Es un producto real que se ha impuesto".
Sobre el papel del Estado en esta actividad, Mesquina considera que su papel "en un sector tan competitivo debe ser ayudar a la oferta a adaptarse a la demanda y permitir que sea lo más innovadora posible".
Para ello, el país luso ha creado un régimen fiscal especial para evitar que este tipo de alquileres se conviertan en una actividad clandestina. Además, el Gobierno luso ha reducido las obligaciones legales para registrar una vivienda y destinarla al alquiler. Unas medidas que, en su experiencia, están dando sus frutos. "Desde que acabó la ley prohibitiva, hace apenas cinco meses, el número de viviendas para este fin se ha duplicado en el registro oficial. Hemos pasado de tener 6.000 a 12.000", ha asegurado.
Mesquina cree que, a pesar de las reticencias del sector hotelero, la vivienda vacacional no genera competencia desleal. No obstante, considera que el negocio hotelero tendrá que adaptarse a las nuevas circunstancias.