El 'banco malo' ha duplicado sus pérdidas entre 2013 y 2014. Si hace dos años los números rojos ascendían a 261 millones de euros, el pasado ejercició arrojó cifras negativas por valor de 585 millones. A pesar de todo, el presidente de la Sareb, Jaime Echegoyen, ha defendido su gestión de la sociedad, culpando al marco regulatorio de lo ocurrido.
¿Qué ha pasado exactamente en la Sareb? En esencia, que el saneamiento impuesto por el Banco de España ha obligado a la entidad a asumir unas provisiones extraordinarias equivalentes a 719 millones de euros. De no haberse aplicado esta medida, el 2014 habría concluido con unas pérdidas de 45 millones.
La sociedad, constituida en 2012 para reunir los activos tóxicos de las cajas de ahorro, recibió entonces 200.000 activos inmobiliarios valorados en 50.000 millones de euros (el 5% del PIB español). En los dos últimos años, la Sareb ha vendido 25.000 de sus activos, ingresando por ello 9.000 millones y amortizando las dos terceras partes de dicha cifra (es decir, 6.000 millones).
Linde se pone duro con las provisiones
Como la regulación española no determina el modo en que deben contabilizarse los activos del 'banco malo', la entidad ha contactado con el Banco de España para dilucidar qué criterio debía seguir a la hora de evaluar los créditos dudosos y los activos más problemáticos.
La respuesta del organismo que preside Luis María Linde fue tajante: la cartera crediticia que agrupa los inmuebles que no cuentan con garantías reales o han caído en escenarios de impago debe valorarse a cero. Por tanto, el 'banco malo' se ha visto obligado a contabilizar que no obtendrá ni un céntimo de estos activos, aunque es posible que algunos de ellos sí acaben rindiendo de forma positiva en las cuentas de la Sareb.
¿Cómo es posible que no haya sido necesaria una ampliación de capital para hacer frente a estas necesidades? La respuesta son los fondos propios de casi 4.000 millones que maneja, a fecha de hoy, la Sareb.