La economía española inicia un "nuevo ciclo de crecimiento con tasas próximas al 3% y la creación de al menos medio millón de empleos anuales". Así se recoge en la Actualización del Programa de Estabilidad (2015-2018) que el Consejo de Ministros ha aprobado para su remisión a Bruselas. Para 2015 la previsión de crecimiento se ha elevado al 2,9% (desde el 2%), ritmo que se mantiene en 2016 para llegar al 3% en los dos años siguientes.
El crecimiento del PIB estimado en el 2,9% para 2015 será el más alto desde el año 2007; es decir, se volverá a las tasas previas a la recesión. Está previsto que este ritmo se mantenga también en 2016, lo que supondrá que ya el año que viene se recuperarán los niveles de renta previos a la crisis.
Por un lado, la demanda interna prolongará su dinamismo durante los próximos cuatro años y actuará como el "gran pilar del crecimiento". Continuará la mejora del consumo gracias al aumento de la renta familiar disponible que se produce por la creación de empleo, la moderación de precios, la reforma fiscal (2015-2016) y la recuperación de la confianza. Asimismo, tanto los hogares como las empresas seguirán en el proceso de desapalancamiento. La construcción vuelve a tasas positivas y la inversión en bienes de equipo registra un aumento sostenido.
Por otro lado, el sector exterior mejorará su aportación al crecimiento, impulsado por el mayor dinamismo de las exportaciones, la recuperación económica en los mercados de destino y las ganancias de competitividad. Las importaciones mantienen su expansión, si bien moderan el ritmo de crecimiento en línea con la evolución de la demanda final.
En términos de Encuesta de Población Activa (EPA) en 2015 se crearán 600.000 empleos y el paro bajará en 590.000. La previsión del Gobierno es que al cierre de 2015 habrá más empleados que a finales de la Legislatura pasada, el paro será inferior en 419.300 personas y la tasa de paro será del 21,1%, también por debajo de la del último trimestre de 2011. En media anual, el porcentaje de parados sobre población activa será del 19,8% en 2016 para alcanzar el 15,6% en 2018.
Objetivos de déficit
Por último, el Gobierno mantiene el objetivo de recortar el déficit al 4,2% del PIB este año y al 2,8% en 2016, y se fijan las nuevas previsiones para 2017, en el que se prevé un déficit del 1,4%, y del 0,3% para 2018. De esta forma, España saldrá del procedimiento de déficit excesivo en 2016, al situarse el saldo negativo por debajo del 3%. Lo que sí ha empeorado el Gobierno es la estimación de déficit para 2017, que se situará en el 1,4%, frente a la previsión del 1,1% del anterior programa de estabilidad.
Los ingresos y los gastos públicos convergerán según avance la legislatura hasta llegar al 38% del PIB en 2018, evolución marcada por el impacto positivo de la rebaja fiscal en el impulso a la demanda interna, a la creación de empleo, y en definitiva, a la ampliación de bases imponibles.
De esta forma, el ratio de gasto público sobre el PIB se reducirá de forma progresiva, conforme avance el PIB nominal, hasta llegar al 38%. Esta evolución supone la vuelta, según el Gobierno, a los niveles de gasto público de 2007, anteriores a la crisis, medidos en términos reales de renta per cápita.
El nuevo Programa de Estabilidad, que será remitido a Bruselas junto con el Plan Nacional de Reformas, prevé también que la deuda pública se sitúe en el 98,9% este año, una cifra menor que el 100,3% estimado inicialmente. El Gobierno espera que a partir de 2016 comience a reducirse hasta situarse en el 93,2% en 2018. Según el Ejecutivo, a esta reducción contribuirá, entre otros factores, el impulso del crecimiento económico, la caída del gasto en intereses y la mejora del saldo primario, que registrará superávit ya en 2016.