La grave crisis de liquidez que sufre el Gobierno griego está incentivando la creatividad del Fisco heleno con el objetivo de recaudar dinero. Así, al reciente decreto que obliga a ayuntamientos y entidades públicas a transferir sus reservas de efectivo al Gobierno central, se suma ahora la confiscación de depósitos de los deudores tributarios.
Según informa la prensa griega, las autoridades fiscales han comenzado a apoderarse de los depósitos de los pequeños deudores fiscales, con facturas pendientes que oscilan desde los 200 hasta los 24.000 euros. Hacienda ha recibido órdenes de congelar dichas cuentas para cobrar las deudas pendientes para recaudar más dinero.
Aunque no hay cifras concretas al respecto, han empezado a salir a la luz varios casos, evidenciando así la extrema urgencia y gravedad que reviste la situación financiera del Estado heleno. Hace escasos días, Atenas aprobaba la obligación de que entidades públicas y autoridades locales transfirieran sus reservas de efectivo al Gobierno central para, de este modo, recaudar unos 2.000 millones con el fin de poder abonar pensiones y sueldos públicos. La medida no ha estado exenta de polémica y, de hecho, generado una fuerte oposición en numerosos municipios del país.
Sin embargo, parece que la cifra no alcanza para sufragar todos los gastos. El coste de los sueldos y las pensiones públicas ronda los 4.000 millones de euros al mes.
En los próximos días, Grecia debe afrontar importantes compromisos financieros, pero todo apunta a que carecerá del dinero necesario para poder cumplir, dado que todavía no ha alcanzado un acuerdo con los socios de la zona euro para desbloquear el tramo pendiente del rescate internacional, cuya cuantía asciende a 7.200 millones de euros. La nueva fecha límite se producirá el 12 de mayo, cuando venza el nuevo tramo del préstamo concedido por el Fondo Monetario Internacional a Grecia, superior a los 700 millones.
