Durante meses, un empresario británico de 62 años de edad reclamó a las autoridades de Somerset que agilizasen los trabajos de mantenimiento que habían cerrado un tramo de la carretera A-431. El reclamo de Mike Watts despertó la simpatía de muchos vecinos, pero no consiguió agilizar la rehabilitación de la calzada.
Ante estas complicaciones, Watts decidió invertir 200.000 euros de su dinero para desarrollar un by-pass alternativo. Mediante esta circunvalación, desarrollada en fincas de titularidad privada, este empresario británico ahorró 22 kilómetros a conductores que, hasta entonces, no tenían más opción que seguir el desvío aprobado por las autoridades.
Watts fijó el peaje en 2,78 euros. A cambio, la ruta supuso una reducción de casi una hora en el tiempo medio de desplazamiento de los viajeros. El impulsor de esta innovadora ruta paralela inyectó otros 200.000 euros para rematar la obra y sufragar los costes de mantenimiento.
A cambio, Watts ingresó los peajes de los miles de viajeros que circulan por la A-431 con dirección a ciudades como Bristol o Bath. Fuentes consultadas por Yahoo reconocen que el by-pass privado mejoró notablemente el tráfico e incluso salvó a negocios de la zona que habían sufrido importantes caídas en sus ventas como consecuencia de las obras y los retrasos.
El enfado de las autoridades
Sin embargo, el gobierno local siguió presionando y, en noviembre de 2014, terminó negando los permisos necesarios para que esta circunvalación alternativa siguiese operando. En paralelo, se agilizaron las obras de la A-431.
En diciembre de 2014, la carretera convencional volvió a funcionar a pleno rendimiento y el by-pass construido por el empresario británico se vio obligado a cerrar. Watts calcula que ha perdido entre 14.000 y 20.000 euros, pero no se arrepiente. En su opinión, el esfuerzo mereció la pena y las pérdidas hubiesen sido beneficios si no se le hubiesen denegado los permisos.