Teresa Rodríguez, candidata de Podemos en Andalucía, fue entrevistada con destreza por Emilia Landaluce en El Mundo. Resulta, en efecto, difícil ponderar mejor su solvencia profesional y su aprecio por la libertad en menos espacio.
Desde señalar a García Lorca como modelo político hasta ignorar que el Impuesto de Sucesiones es responsabilidad de las Comunidades Autónomas, y recae cada año sobre miles de personas modestas, la señora es ejemplar en su preocupación porque aumenta el número de ricos. Su solución, claro está, es subir los impuestos, incluyendo la consabida Tasa Tobin sobre la banca, que ni es tasa, ni es de Tobin ni es sobre la banca, y que seguramente ella creerá que la pagarán los opulentos banqueros. Pero, como todos los tópicos, es un impuesto sobre el que "habría que reabrir un debate", obviamente no con los ciudadanos corrientes, que son los que lo pagarán, como siempre. Pero ella, que confiesa que hablar de las cuentas de Monedero le da "hasta pudor", dice: "Hacienda no puede ser un factor de agobio al ciudadano", como si no fuera justamente eso: se ve que no tiene más experiencia que cobrar del dinero público.
No hay tópico en el que no recaiga, como que cualquier pacto "lo someteríamos a un referéndum", como si eso resolviera todas las cuestiones y contradicciones; o como el marxismo, que es una "de las fuentes que bebe mi ideología": nos gustaría conocer cuáles son, y qué piensa ella de las violaciones brutales de los derechos humanos a que ha dado lugar.
Pero la señora se presenta para presidir la Junta de Andalucía, y unas personas a las que se siente más cercana roban en los supermercados, porque hay hambre en el mundo, ya se sabe. Seguramente no ha observado que hay hambre allí donde no se respeta la propiedad privada; al contrario, para ella el problema es precisamente esa propiedad: "El reparto de la tierra no es igualitario. Nos estamos reuniendo con economistas, agricultores... para decidir cómo arreglar esta situación". O sea, que la propiedad sea de los propietarios es algo que hay que "arreglar". Emilia Landaluce le pregunta si se van a reunir con los propietarios, y la lideresa responde: "Hombre, no sé si los herederos de la duquesa de Alba nos recibirían".
Magnífico resumen de todas las ficciones de la izquierda, incluso esta supuestamente renovada izquierda de Podemos, empezando por la vetusta reforma agraria, y terminando por la idea de que la izquierda es sólo adversaria de los grandes propietarios y no de los demás.