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Juncker niega "un plan diabólico" de Rajoy y Passos para derrocar a Tsipras

Rajoy dice que hay que mirar al futuro pero reclama a su homólogo griego que "guarde las formas" y cumpla los compromisos adquiridos con la UE.

Rajoy dice que hay que mirar al futuro pero reclama a su homólogo griego que "guarde las formas" y cumpla los compromisos adquiridos con la UE.

Los presidentes del Gobierno de España, Francia y Portugal presentaron, junto al máximo representante de la Comisión Europea, un plan para impulsar las interconexiones energéticas que incluye la reanudación del proyecto de gaseoducto "Midcat". Si bien, en la rueda de prensa posterior, Grecia ocupó las preguntas y los mandatarios tuvieron que retratarse.

El más claro fue Jean Claude Juncker, pese a que en su día se puso de perfil y evitó amonestar formalmente a Alexis Tsipras. "No he observado que Portugal y España tengan un plan diabólico para derrocarle", respondió, no sin quejarse de que los periodistas le abordaran por este tema y no por las interconexiones. Si "ese plan tan horripilante" hubiera existido, habría actuado. "Pero tienen buenas intenciones", añadió ante la atenta mirada de Mariano Rajoy y Pedro Passos Coehlo.

Todo ocurrió el pasado fin de semana, cuando Tsipras acusó a Madrid y Lisboa de urgir una estrategia para intentar derribar su gabinete. "Vamos a hablar con claridad, no somos responsables de la frustración que ha creado la izquierda radical griega", replicó con contundencia el presidente español mientras pedía tanto a la Comisión como al Consejo Europeo una condena expresa.

En la cumbre celebrada en Madrid, Rajoy se mostró más conciliador porque "todo está ya dicho y lo importante es que no se vuelva a repetir", según la Moncloa. "Como tantas veces en la vida, lo más importante suele ser el futuro", arrancó el jefe del Gobierno, para a renglón seguido abogar por "las mejores relaciones posibles" con Atenas.

"A todos no viene muy bien que le vaya bien a Grecia", aunque lo importante es que "todos sepamos guardar las formas y nuestros compromisos". Esto es, que Tsipras se ciña a las reglas de juego y, a partir de ellas, entable una negociación. "El único problema que hubo aquí fue una acusación que a mí no me gustó y que está fuera de lugar", admitió Rajoy, antes de reiterar que da por saldada la polémica.

En la misma línea, Passos Coelho recordó que si Grecia tiene que cumplir unos requisitos es porque ha solicitado un rescate. "No quiero recriminar nada (…) hay que preguntar a otro interlocutor", esquivó en relación al primer ministro griego. François Hollande cerró el turno de declaraciones sin estridencias con respecto al resto: la UE "se plasma en reglas, es un proyecto y una visión común". Todos coincidieron en que las decisiones del Eurogrupo se toman por unanimidad.

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