Tras el acuerdo in extremis para extender el rescate griego cuatro meses más a cambio de una nueva lista de reformas, las dudas cunden en Alemania. El país vota este viernes el acuerdo en el Bundestag, donde se espera que tanto la CDU como los socialdemócratas den el sí, pero la prensa local ha recogido el malestar existente entre parte de la población y facciones del partido en el poder.
El Gobierno tiene hasta el viernes para terminar de convencer a los más díscolos y quizás por ello el ministro de Economía, Wolfgang Schäuble, ha subido el tono. En una entrevista radiofónica, ha avisado de que si Grecia no da "cifras" que prueben las promesas de la lista de reformas, no habrá "ni un euro" más. "No es fácil para Grecia, pero tampoco es fácil para otros países. Nadie puede vivir de forma permanente por encima de sus posibilidades", dijo el ministro. También se refirió a las críticas internas, afirmando que las dudas son lógicas, e insistió en la misma idea: en el Eurogrupo "quedó fijado que Grecia debe cumplir el programa y que sólo entonces se le pagará".
La contundencia de Schäuble busca aplacar la inquietud creciente entre sus propias filas, que empiezan a dar ya por cierto la aprobación de un tercer rescate griego que habría que sacar adelante tras una prórroga que sólo habría servido para ganar tiempo. La cifra que más se repite para ese tercer paquete de ayudas es de 20.000 millones aunque hay quien apunta a 30.000 o incluso 40.000 millones. La pregunta más repetida, según el Frankfurter Allgemeine Zeitung, es "qué vendrá después" de la prórroga y si lo siguiente será lo que se teme: un impago.
Mientras en la CDU tratan de aplacar a los suyos con un correo interno que pide no dejarse llevar por las presiones y apunta que Grecia necesita ayuda para volver a ser "competitiva", el malestar crece entre los contribuyentes. De forma así de contundente se manifestó el presidente de la federación que los agrupa, Reiner Holznagel : "Aviso: si se transfiere el dinero, ¡las reformas tienen que ir detrás!". Y reclamó saber ya si esto es sólo una tregua que precede a nuevas exigencias de dinero.
Un "terror sin fin"
En la misma línea habla Die Welt, que tacha de "teatrillo" lo ocurrido en los últimos días y ve nuevos problemas en el horizonte: "Quien crea que todo está solventado se decepcionará", dice uno de sus columnistas, que ve sólo "cosmética" en el acuerdo. Lo mismo parecen pensar los lectores, que en un sondeo de urgencia del FAZ apoyan por un abrumador 81% que Grecia salga ya del euro.
Hay quien afirma, sin embargo, que tampoco esa es la solución: el Sueddeutsche Zeitung habla de los peligros de esa posibilidad y defiende la necesidad de "comprar tiempo" con esta prórroga. La opinión pública, defiende, debe "conocer los riesgos": la salida de Grecia le saldría "muy cara" a los bancos alemanes, poseedores de buena parte de su deuda, y también pondría en el disparadero a países como Portugal, Italia y España. La credibilidad de las instituciones europeas caería en picado y también la confianza en el euro: "Nadie sabría lo que podría ocurrir en la próxima crisis". Pero de momento, estos argumentos siguen sin convencer a la mayoría de los alemanes, que prefieren, según la encuesta, un final "terrorífico" que un "terror sin fin".