Después de analizar el periodo comprendido entre 2005 y 2012, el Banco de España ha concluido que el sueldo medio de los empleados de las Administraciones Públicas se coloca un 36% por encima de las cifras registradas en el sector privado. El estudio, firmado por Laura Hospido y Enrique Moral-Benito, acaba de salir a la luz dentro del boletín mensual que publica el organismo que preside Luis María Linde.
Analizando año por año el periodo estudiado, vemos que entre 2005 y 2008 la diferencia salarial saltó del 35% a cotas cercanas al 40%. Con el estallido de la crisis comenzó una progresiva corrección que, según los datos de 2012, ha dejado la brecha en niveles ligeramente superiores al 30%.
Ajustando los datos, la "brecha" sigue en pie
El informe apunta que la naturaleza monopolística del sector público a la hora de prestar servicios es uno de los factores que alimenta la "prima" salarial que disfrutan los trabajadores que cobran de la Administración. El Banco de España también apunta que "la mayor presencia sindical" en el sector público es otro factor que conviene tener en cuenta.
Además, el documento recuerda que "muchas entidades públicas no persiguen la maximización de beneficios, sino otros fines". Hospido y Moral-Benito también señalan la educación, la habilidad o la experiencia como otros factores que disparan la desigualdad salarial entre el sector público y privado.
No obstante, cuando se corrigen estos diferentes factores, sigue existiendo una importante diferencia entre los sueldos del sector público y las pagas del ámbito privado. Según el Banco de España, ajustar los datos reduce al 20,5% la "brecha" entre uno y otro grupo de trabajadores, un descenso de 15,5 puntos porcentuales frente a la estadística bruta, que señalaba el diferencial del 36%.
Los altos cargos, los peor parados
Cuando se analiza la distribución de ingresos y se acude a los datos ajustados de 2012, vemos que los altos cargos del Estado ganan menos que los trabajadores mejor pagados del sector privado. Por el contrario, en los sueldos bajos e intermedios, el saldo sigue siendo favorable a los trabajadores del Estado.