Corría el año 2013 cuando el aún Alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, viajó a Venezuela para cerrar un acuerdo valorado en la friolera de 81 millones de euros. ¿El concepto? El régimen bolivariano se comprometía a comprar aceite pagando dos veces el valor de mercado de dicho producto.
El acuerdo, desvelado por la revista Interviú, se cerró en enero de 2013. Medio año antes, Sánchez Gordillo había pisado suelo venezolano para impartir diferentes charlas de corte anticapitalista. Esta vez, su viaje a Caracas servía para rubricar el acuerdo con el gobierno venezolano, cerrado con el entonces ministro de Alimentación y actual ministro de Presidencia. Por parte de Marinaleda, firmaron Antonio Aires, concejal de IU en el municipio andaluz, y un ciudadano venezolano vinculado a la radio estatal que pagó la anterior visita de Sánchez Gordillo al país.
La publicación revela que el acuerdo se centraba en una compra de hasta 12.000 toneladas métricas de aceite, que serían adquiridas a razón de 6.504 euros por tonelada. El alcance máximo del acuerdo, registrado con el número 19-00029555, permitía que la cifra final alcanzase los 81 millones de euros.
Por aquel entonces, según explica Interviú, el precio medio del aceite de olvida no llegaba a 3.000 euros por tonelada, muy por debajo de los 6.504 euros que ofrecía el régimen bolivariano. ¿Cómo explicar semejante sobrecoste?
El diario ABC reveló por aquel entonces las dificultades que atravesaban las cooperativas de Marinaleda, cuyas cuentas sumaban impagos a Endesa y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Con dicha sociedad, los pagos pendientes en concepto de derechos de riego llegaban a 800.000 euros.
El chavismo, al rescate
Por tanto, la compra de aceite bien podría ser entendida como un rescate del régimen venezolano. De hecho, el sobreprecio era tan elevado que Marinaleda compró el producto a una gran aceitera española (Acesur, responsable de La Española) y lo envió a Venezuela con otra marca, "Diana Oliva". Como explica Interviú, la rentabilidad de la operación rondaba el 75%, cinco veces más de la media sectorial.
El dinero que llegó de Venezuela fue ingresado en una sucursal en Barcelona del Deutsche Bank. Al cambio, fueron 6,7 millones de euros los que recibió Agraria Marinaleda. Al otro lado del Atlántico, según explica Interviú, el precio del aceite andaluz que se encontraban los consumidores venezolanos era diez veces mayor a su valor de mercado: cada botella se despachaba por 27,6 euros, casi 200 bolívares. Si el acuerdo se hubiese seguido desarrollando, Marinaleda habría recibido un total de 81 millones de euros.