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La unidad interna de Syriza se debilita tras la extensión del rescate a Grecia

Destacados miembros de Syriza lanzan duras críticas a la firma del acuerdo con el Eurogrupo porque implica incumplir las promesas electorales.

El acuerdo alcanzado entre Atenas y el Eurogrupo el pasado viernes para extender otros cuatro meses el actual plan de rescate heleno concede más tiempo a ambas partes para seguir negociando un nuevo programa de asistencia, pero, por el momento, también se ha traducido en una primera derrota clara para el Gobierno de Alexis Tsipras.

Syriza llegó al poder bajo la firme promesa de impagar la deuda, anular el rescate y sus condiciones (austeridad presupuestaria y mayor flexibilidad económica) y rechazar la supervisión de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). Sin embargo, la prolongación del actual programa implica el incumplimiento de tales medidas. La firma de acuerdo ha evitado, al menos temporalmente, la salida del euro de Grecia, pero, tal y como se preveía, también ha comenzado a generar críticas en el seno de Syriza.

En este sentido, cabe recordar que Syriza no es un partido al uso, sino una coalición de diferentes formaciones de extrema izquierda liderada por Tsipras, cuyo denominador común es programa electoral, es decir, el rechazo frontal al rescate, la austeridad y la troika. El acuerdo con el Eurogrupo, y el consiguiente incumplimiento de dichas promesas, está empezando a debilitar la unidad interna de Syriza.

Tsipras se defiende

Tsipras está intentando vender la renovación del rescate a la opinión pública griega. El primer ministro señaló el pasado sábado que "hemos ganado una batalla, no la guerra" y que "lo difícil empieza ahora". "Ayer hicimos fracasar el plan de las fuerzas conservadoras en Grecia y en el extranjero para asfixiar a nuestro país y demostramos que Europa es un espacio para la negociación y los compromisos beneficiosos para ambas partes y no un espacio de exterminio, de sumisión y de castigo", remarcó.

En concreto, reiteró que el acuerdo conseguido "deja atrás la austeridad y los memorandos (programas de recate)" e inicia la negociación para lograr "el crecimiento, el empleo y nuestro futuro europeo". Para el primer ministro heleno, este pacto "acaba con las reducciones de salarios y pensiones, con las medidas que llevan a la recesión y con los superávit exagerados". En su discurso Tsipras también tuvo palabras para el pueblo griego a quien calificó de "mejor aliado del Gobierno" y agradeció su apoyo "sin el cual no podríamos haber ganado esta batalla".

Críticas internas en Syriza

Pese a estas declaraciones, la realidad es que el acuerdo con el Eurogrupo anula el impago de deuda que prometió inicialmente Syriza, extiende la validez del rescate, la austeridad y las reformas e incluso valida la supervisión de la troika, solo que ésta sustituye su nombre por el de "instituciones".

Tanto es así que destacados miembros de Syriza ya han denunciado abiertamente la firma de dicho documento. El eurodiputado de Syriza Manolis Glezos criticó el domingo el acuerdo porque, a su juicio, no cambia nada respecto al programa de rescate actual y llamó a la movilización de los simpatizantes del partido izquierdista para que decidan si secundan esta decisión.

"El cambio de nombre de la troika a instituciones, el del memorando por acuerdo y el de prestamistas por socios no cambia la realidad anterior", aseguró Glezos en un artículo publicado en un blog. Así, pidió a "todos los miembros y simpatizantes" de Syriza que decidan "en reuniones extraordinarias en todos los niveles de la organización" si aceptan la decisión del Ejecutivo.

El ministro para la Reforma Administrativa, Giorgos Katrougalos, indicó recientemente que renunciaría a su cargo "si no se respetaran nuestras líneas rojas", incluyendo las promesas electorales de anular los despidos de empelados públicos. Mientras, Tendencia Comunista, una de las facciones de Syriza, calificó el pasado sábado el acuerdo de "sumisión al chantaje de la troika" e hizo un llamamiento para que los legisladores lo rechazasen en el Parlamento.

Asimismo, Sofia Sakorafa, otra eurodiputada de Syriza, afirmó el pasado domingo a través de su cuenta de Twitter que "el pueblo dio un mandato para que el memorando sea anulado" y "no tenemos ninguna justificación política para hacer lo contrario". Asimismo, cabe recordar que destacados miembros del partido, como el ministro de Reconstrucción Productiva, Medio Ambiente y Energía, Panaghiotis Lafazanis, es uno de los líderes marxistas de Syriza que aboga por declarar la suspensión de pagos y la salida del euro de Grecia.

La cuestión es que, ante las críticas internas que está generando el acuerdo, su aprobación podría naufragar en el Parlamento griego si Syriza y sus socios de gobierno no votan de forma unánime a favor. La coalición entre Syriza y Griegos Independientes cuenta con 162 escaños de un total de 300 en el Congreso heleno.

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