Desde hace años, la "revolución energética" que ha supuesto el "fracking" venía anticipando grandes vuelcos geopolíticos. Conforme Estados Unidos ha desarrollado esta tecnología, su recuperación económica ha cobrado vigor y su factura eléctrica se ha recortado significativamente.
A nivel global, este salto adelante se tradujo en un progresivo recorte del precio del petróleo, fenómeno que ha beneficiado a países como España. Nuestro caso contrasta con el de otras economías en las que la situación es muy distinta.
De todos los países que están sudando la gota gorda como consecuencia del desplome en los precios del petróleo, el gran perdedor es Rusia. Así se desprende del más reciente informe publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
La oferta se moverá "en V"
El documento, "se espera que el petróleo no convencional de EEUU continúe siendo una fuente principal en el incremento de la oferta". No obstante, esa producción generada en el país del Tío Sam se moverá "en V": frente a los máximos que se están observando en la actualidad, la AIE espera una cierta corrección que, tras el ajuste de rigor, daría paso a una nueva fase alcista.
En este sentido, la directora de la AIE, Maria van der Hoeven, tiene claro que "el crudo no convencional de EEUU ha cambiado las reglas del juego". Este punto de inflexión deja muy mal parada a Rusia, que se enfrenta "a una tormenta perfecta" alimentada por el colapso de los precios, la depreciación de su moneda y las sanciones internacionales. La AIE calcula que el gigante euroasiático dejará de producir más de medio millón de barriles diarios entre 2014 y 2020.
La eficiencia reduce la demanda
Los pronósticos de la AIE también prevén que la demanda mundial de petróleo crecerá a un ritmo tranquilo durante el próximo lustro, llegando a los 99,05 millones de barriles diarios al hilo de un crecimiento acumulado del 6% para 2015-2020.
Estos cálculos confirman que la economía global es cada vez más eficiente a la hora de recurrir a la energía. Así, como vemos en la gráfica siguiente, el consumo de energía por cada unidad de PIB real es cada vez menor.