Un argumento muy recurrente entre Podemos e Izquierda Unida es que la devaluación interna no está sirviendo para ganar competitividad entre las empresas españolas, sino únicamente para cebar las cuentas de beneficios de las grandes compañías. Por ejemplo, ayer mismo, Eduardo Gutiérrez, representante económico de Podemos, sostuvo en La Sexta Noche:
El modelo de ser competitivos es simplemente que seamos más miserables, puesto que si somos más miserables vamos a cobrar menos como salarios y supuestamente las empresas van a bajar los precios. Lo que estamos viendo con las cuentas empresariales, con la contabilidad de balances del Banco de España, es que las empresas cuando bajan los salarios lo único que hacen es aumentar sus márgenes.
El relato ha calado hondo en la población, que, en efecto, piensa que la rebaja de salarios sólo está sirviendo para que "los ricos sean más ricos" a costa del impenitente sufrimiento del ciudadano medio. Acaso convenga, pues, echar un vistazo a los datos a los que nos remite el representante de Podemos, es decir, a la Central de Balances del Banco de España.
¿Es verdad que, según esta estadística oficial, las empresas están recortando masivamente en gasto de personal al tiempo que mantienen incólumes sus ingresos? No, no lo es. En el siguiente gráfico podemos encontrar la evolución de los ingresos empresariales, del valor añadido bruto (ingresos menos gastos por productos semiterminados adquiridos a proveedores) y de los gastos de personal entre 2003 y 2013 (cuadro 2.1.3).
Fuente: Central de Balances del Banco de España
Es fácil observar que el valor añadido bruto generado por las empresas españolas se halla en 2013 al nivel de 2003: en esta década únicamente ha subido el 1,5%. En cambio, los ingresos empresariales han crecido un 10% y los gastos en personal un 19%. Es decir, y como también puede apreciarse en el gráfico, la magnitud que con diferencia menos cae desde el estallido de la crisis son los gastos en personal. De ahí que la evolución de los beneficios empresariales en España, lejos de poner de manifiesto un generalizado latrocinio capitalista, exprese a la perfección el colapso económico que ha vivido España desde 2007: si desde su máximo el gasto en personal ha caído un 10%, los beneficios empresariales lo han hecho un 59%, hallándose sustancialmente por debajo del nivel alcanzado en 2003.
Fuente: Central de Balances del Banco de España
A la luz de los datos a los que nos remitía el economista de Podemos, difícil concluir que los recortes salariales se están empleando para inflar desproporcionadamente los beneficios de las empresas. Claro que, tal vez, el desinformado razonamiento populista-podemista pase a ser el tan manido: "Eso es así para las pymes, pero las grandes empresas en realidad sí están bajando salarios para forrarse".
Uno debería ser moderadamente escéptico con esa reformulación desesperada del argumento, ya que en la muestra de empresas utilizada por la Central de Balances del Banco de España están sobrerrepresentadas las empresas medianas y grandes. Mas, en cualquier caso, sí resulta necesario contrastar esta nueva hipótesis a través de la Encuesta de Población Activa. ¿Han aprovechado las grandes empresas para recortar masivamente salarios frente al numantino esfuerzo de mantenimiento salarial de las pymes? Más bien al contrario: no sólo el salario medio de las grandes empresas duplica el de las microempresas de hasta 10 trabajadores, sino que, desde 2006, las primeras lo han aumentado un 23% frente al 11% de las segundas. Es más, desde 2010 las microempresas han recortado sus salarios medios un 2,2%, mientras que las grandes empresas los han aumentado en un 5,3%.
Fuente: Encuesta de Población Activa
Por si fuera poco, y como también tuvimos ocasión de explicar, han sido las pymes, y no las grandes empresas, las que han efectuado un uso más intensivo de la reforma laboral para despedir trabajadores.
En definitiva, el argumentario de lucha de clases de Podemos no hay por dónde cogerlo. O desinformación o manipulación. Lo que ha sucedido en España es relativamente sencillo de comprender: tras años de hiperendeudamiento y de malas inversiones por doquier, la crisis económica experimentada por el conjunto de nuestra economía ha sido devastadora y ha recaído especialmente sobre el sector más débil del tejido empresarial, a saber, las pymes. Han sido, por consiguiente, las pymes las que han tenido que recurrir con mayor intensidad a rebajas salariales y despidos para tratar de sobrevivir. Sí: para tratar de sobrevivir. Desde 2007 han desaparecido más de 180.000 empresas con menos de 200 trabajadores: no porque se hayan lucrado a costa del proletariado, sino porque les ha sido imposible seguir obteniendo las más mínimas ganancias para continuar operando.
Pese a que la tentación populista es muy atrayente, deberíamos tener bien clara una idea muy sencilla: cuando el conjunto de las empresas españolas verdaderamente se estén forrando, el empleo se disparará, los salarios aumentarán y, en suma, la crisis habrá terminado. Todo lo demás es pura demagogia dirigida a capturar el poder a costa de incendiar el odio dentro de la sociedad.