"Justicia social". Raro es el discurso de la izquierda política que no contiene esas dos palabras. Sin embargo, según Arthur C. Brooks, hablar de "justicia social" no tiene por qué ser sinónimo de medidas vinculadas a las tesis económicas de las formaciones socialistas o progresistas. Así lo afirmó el Presidente del American Enterprise Institute en su reciente paso por la capital de España.
La cita tuvo lugar el jueves en la Fundación Rafael del Pino. Brooks regresaba así a nuestro país, en el que residió a comienzos de los años 90. Quien hoy es uno de los intelectuales más influyentes de la derecha estadounidense era por aquel entonces un joven virtuoso musical que llegó a Barcelona enamorado de una española con la que contrajo matrimonio y ha tenido tres hijos.
A su regreso a Estados Unidos, Brooks se interesó por la economía, ámbito en el que su periplo académico le acercó a círculos liberal-conservadores. Así comenzó un meteórico ascenso que le ha llevado a la Presidencia de la AEI, un influyente centro de análisis que ingresa anualmente más de 40 millones de euros y que cuenta entre sus filas con grandes analistas como Kevin Hassett, Charles Murray o Mark J. Perry.
"Envidia y resentimiento"
Refiriéndose a España, el mandamás del American Enterprise Institute no ha dudado en censurar "la envidia y el resentimiento que invaden el debate económico". Brooks también ha apuntado en medios de comunicación que "el problema de España es la escasez de capitalismo". Quizá por declaraciones como las anteriores, su conferencia en Madrid despertó el interés de decenas de curiosos que se dieron cita en la Fundación Rafael del Pino.
"Para algunos españoles, la mentalidad pro-empresa de muchos estadounidenses resulta difícil de comprender. Por eso es importante explicar cómo se está renovando la derecha de mi país. El cambio vino motivado por la derrota electoral de 2008: el Partido Demócrata llegó a la Casa Blanca y tomó el control parlamentario. Seis años después, el proyecto de Obama ha resultado ser un fracaso", arrancó Brooks.
A continuación, el Presidente de la AEI defendió que, para luchar contra la pobreza, "es necesaria una transformación moral y personal. En EEUU, un 37% de quienes reciben ayudas del gobierno consumen drogas regularmente. ¿Producto o consecuencia de la pobreza? Sea como sea, está claro que hay un problema moral que es conveniente atajar. Hay cuatro valores definitivos para alcanzar una vida ordenada, próspera y feliz: fe, familia, comunidad y trabajo. En muchos barrios pobres, estás instituciones sociales son casi inexistentes. Quizá resulta una verdad incómoda, pero hay que decirlo, como también hay que decir que las donaciones voluntarias para proyectos de asistencia social son más elevadas entre quienes votan al Partido Republicano".
Brooks explicó que su organización defiende "una asistencia social por parte del Estado que complemente las ayudas voluntarias". No obstante, afirmó que estos programas "no pueden crecer y crecer sin control, de lo contrario ocurren cosas como las que estamos viendo en Grecia… Al final, cuando gana la izquierda, quienes sufren son los pobres".
"En mi país, EEUU, la educación pública es un desastre. Desde 1970, el gasto se ha multiplicado por cuatro, pero lo único que tenemos es un aumento significativo en el número de profesores. No han mejorado los resultados logrados por nuestros alumnos: simplemente hay más funcionarios. Es necesaria una reforma de la educación", apuntó el ponente.
El Papa y la crisis financiera
Refiriéndose a la supuesta hostilidad del Papa Francisco hacia la economía de mercado, Brooks apuntó que Bergoglio "apenas ha salido de Argentina, no ha viajado mucho al resto del mundo, no creo que sea marxista, creo que es argentino… Por eso tenemos que ayudarle. Los derechos humanos más esenciales vienen de la mano de la libertad, que también se expresa a través de la libre empresa. Hay problemas con su ideología, pero también ocurría lo mismo al comienzo del Pontificado de Juan Pablo II. Hay que conseguir que el Papa Francisco cambie de postura".
Por otro lado, tocando la crisis financiera, señaló que "el Gobierno infló los precios de las casas, tanto en Estados Unidos como en España. Luego le echan la culpa al libre mercado, pero no es así: el libre mercado es un elemento generador de riqueza y constituye una herramienta capaz de aumentar la justicia social".
De esta forma concluyó la presentación de la agenda de "justicia social" promovida por Brooks: una agenda en la que la libre empresa es un derecho humano, la competencia es un bien social y la combinación de ambas cosas es casi un imperativo moral.