David Craig, especialista en analizar el desempeño presupuestario de ONGs y entidades filantrópicas, ha analizado en profundidad las cuentas de Oxfam. El objetivo: saber cuánto dinero del que recibe la entidad acaba empleado en proyectos y cuántos fondos se destinan a otras cuestiones. El ámbito de estudio de Craig ha sido la división británica de la ONG.
Cada año, Oxfam recibe ingresos por 385,5 millones de libras. Un total de 286,5 millones fueron comprometidos a proyectos de caridad y asistencia, por lo que casi 100 millones de libras acabaron consignados a otro tipo de gastos. Esto significa que la ONG dedica alrededor del 26% de su presupuesto a aspectos que nada tienen que ver con la prestación de ayuda a personas o colectivos necesitados.
Según explica Craig, Oxfam opera diferentes tiendas y establecimientos que le aportan ingresos de 89,9 millones de libras. No obstante, esta línea de actividad supone unos gastos de 67,6 millones. Por tanto, el saldo que termina en proyectos de caridad asciende a 22,3 millones de libras. "No es un dato positivo, porque la mayoría de las personas que trabajan en estas tiendas y establecimientos lo hacen en calidad de voluntarios", apunta el autor del estudio.
¿Qué hay de las donaciones? Oxfam suma 295,6 millones de libras por esta vía, con un coste asociado de 23 millones. Eso sí, una parte muy significativa de estos ingresos se produce por la vía de la coacción estatal: de los 295,6 millones de libras recaudados en concepto de donación, 159,8 millones provienen de subvenciones varias.
Las cuentas de Oxfam cuentan con 31,9 millones de libras dedicados a "costes de apoyo y gobernanza". Además, los costes derivados de mantener a los trabajadores de la ONG ascienden a la friolera de 101,8 millones de libras: 59,5 millones en Reino Unido, 42,3 millones en el resto del mundo.
Eso sí: una parte significativa de los proyectos financiados por Oxfam acarrea, a su vez, gastos corrientes similares a los que se dan en la matriz de la ONG. De este modo, ajustando los datos, Craig llega a la conclusión de que solamente el 54,7% del dinero que llega a Oxfam acaba llegando de forma efectiva a las personas y los grupos que deben beneficiarse de sus programas. En opinión del periodista e investigador británico, "es patético que solamente la mitad del dinero que ingresa Oxfam acabe en proyectos de verdadero apoyo caritativo".
"Titeres del discurso anticapitalista"
En su libro The sock doctrine, Christopher Snowdon apunta que ONGs como Oxfam "actúan como títeres del Estado a la hora de promover, con dinero público, políticas económicas de corte anticapitalista".
Oxfam tiene un rol significativo en la industria del "activismo subvencionado" que denuncia Snowdon. "Por ejemplo, formó parte de la campaña para elevar el gasto en cooperación internacional hasta el 0,7% del PIB, un movimiento que ha sido acusado de estar orquestado en la sombra por el anterior gobierno laborista", apunta el autor.
Según el libro de Snowdon, "el 54,2% de los ingresos globales que recibe Oxfam vienen de los contribuyentes", lo que refuerza la tesis del autor según la cual las subvenciones a las ONGs habilitan, como contrapartida, una defensa activista de tesis contrarias a la economía de mercado.