Yanis Varoufakis es catedrático de Economía de la Universidad de Atenas, pero hace escasos días aceptó ser candidato a un escaño en el Parlamento griego bajo la bandera del partido Syriza, "con la mirada puesta en desempeñar un papel relevante en las negociaciones de Grecia con Berlín, Frankfurt y Bruselas", según anunció él mismo en su blog.
En una entrevista publicada el lunes por Open Democracy (aquí la entrevista completa en español), Varoufakis aclara el plan de impago de deuda que prepara el partido que lidera Alexis Tsipras, así como la posibilidad de que Grecia salga del euro o la fuerte alianza y complicidad que existe entre Syriza y Podemos.
"Europa necesita una sacudida". Así se manifestó Varoufakis la primavera pasada cuando apoyó públicamente la candidatura de Alexis Tsipras a la presidencia de la Comisión Europea. Y, efectivamente, esa ansiada "sacudida" ha llegado tras la convocatoria de elecciones generales en Grecia para el próximo 25 de enero, con Syriza liderando todas las encuestas.
Según Varoufakis, en esos comicios está en juego nada menos que "la integridad de Europa, el delicado tejido de la democracia, la posibilidad de evitar la aparición de los fenómenos acaecidos después de 1930 y la oportunidad de recuperar nuestro continente como lugar de prosperidad compartida".
Sin embargo, la mera posibilidad de que Syriza gane las elecciones he generado una elevada incertidumbre en todo el continente, además de fuertes críticas por parte de otros socios europeos y organismos internacionales. No es de extrañar, puesto que esta formación defiende el impago de la deuda. Pero el hecho de que la mayoría de esa deuda esté en manos de otros estados europeos, el Banco central Europeo y el Fondo Monetario Internacional será una gran ventaja a la hora de negociar una quita y/o espera, según aclara el economista.
"Un gobierno liderado por Syriza no tocará a los acreedores privados. Después de todo, tienen menos del 20% de nuestra deuda. No tiene sentido abrir un frente en contra de ellos con todas las consecuencias jurídicas que eso acarrearía. El hecho de que la mayor parte de la deuda esté en manos del sector oficial significa que, si existe la voluntad política, el acuerdo de reestructuración puede ser alcanzado en una sola jornada", añade.
El principal escollo, sin embargo, sigue siendo Alemania, ya que el Gobierno de Angela Merkel rechaza la posibilidad de que Grecia dé marcha atrás a las medidas de austeridad y reformas implantadas, aunque implique la suspensión del programa de rescate y su consiguiente salida del euro.
Pese a ello, Varoufakis piensa que llegar a un acuerdo con Berlín será mucho más fácil de lo que piensan muchos. "Los funcionarios alemanes siempre ladran más fuerte de lo que muerden", afirma. "La señora Merkel es una política muy hábil y altamente pragmática. En el momento en que note que la marea está cambiando, ella también cambia con la marea".
Por ello, según Varoufakis, "nuestra tarea debe ser triple, a fin de minimizar los conflictos y maximizar las posibilidades de un acuerdo mutuamente beneficioso: en primer lugar, debemos asegurarnos de que los cambios en el 'programa griego' sean lo suficientemente grandes como para que sean significativos en el sentido de hacer que Grecia se vuelva sostenible. En segundo lugar, debemos ofrecer a la señora Merkel una forma de envolver el nuevo acuerdo para que ella pueda venderlo a sus parlamentarios. En tercer lugar, debemos asegurarnos de que cualquier cambio terapéutico aplicado al programa griego no se limite a Grecia, sino que se extienda a todo el continente para permitir que éste escape de su crisis eterna", explica.
Según Varoufakis, esta vez Grecia se encuentra en mejor posición para cambiar la mentalidad de Berlín debido a "la cruda realidad de que los acuerdos actuales no son viables, las medidas acordadas no son implementables y que la realidad ha superado los planes de Berlín para la estabilización de Grecia, así como para el resto de la periferia (incluida Francia)".
Podemos y Syriza, la "esperanza" de Europa
En cuanto a la posible salida de la Unión Monetaria, indica que "Grecia no quiere abandonar el euro ni amenazar con hacerlo. No deberíamos haber entrado en el euro, esto está muy claro, pero una vez dentro sería desastroso salir voluntariamente".
Pero añade que "esto no significa que debamos agachar la cabeza y hacer lo que nos dicen por temor a ser expulsados. No, debemos vetar políticas inhumanas dentro del euro, exigir la reestructuración de la deuda dentro del euro y nunca darles la oportunidad de afirmar que decidimos abandonar el euro de manera voluntaria. Si ellos quieren que nos vayamos, deben echarnos sin nuestra ayuda. Al hacerlo, eso sí, tirarán abajo sus propias casas…", advierte.
De hecho, mantiene que antes de abrir la puerta a Grecia, es más probable que Alemania abandone voluntariamente el euro. "Si Berlín llega a la conclusión de que quiere 'salirse' del euro, saldrá por sí mismo antes de darle luz verde a Atenas para que lo abandone".
Por otro lado, Varoufakis cree que, debido a la importancia sistémica que tiene España dentro de la UE, una sólida alianza entre Syriza y Podemos "representa la gran esperanza para Europa. Espero que la democracia europea puede ser salvada de las fuerzas destructivas de la deuda-deflación y el autoritarismo burocrático que pisa sobre sus huellas".