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España no es país para jóvenes

España lidera, junto con Grecia, el paro juvenil en Europa, con más de un 50%, a diferencia de los países del norte, donde la tasa no supera el 10%.

España lidera, junto con Grecia, el paro juvenil en Europa, con más de un 50%, a diferencia de los países del norte, donde la tasa no supera el 10%.

España cerró 2014 con 253.627 parados menos registrados en las oficinas públicas del antiguo Inem y 417.574 afiliados más a la Seguridad Social que un año antes, protagonizando así la primera creación neta de empleo desde el estallido de la crisis.

Sin embargo, todavía está muy lejos de presentar tasas aceptables en materia laboral, ya que el número de desempleados supera los 4,4 millones, tras dispararse en unos 2,3 millones desde finales de 2007, y se han destruido unos 2,6 millones de puestos de trabajo.

Estas cifras, además, son especialmente dramáticas entre los mayores de 45 años, que encabezan el paro de larga duración, y los menores de 25, cuya tasa de desempleo duplica la media oficial. En concreto, según los últimos datos publicados por Eurostat, la oficina estadística de la UE, España registró un índice de desempleo del 23,9% el pasado noviembre, frente al 11,5% de la zona euro, mientras que el paro juvenil se situó en el 53,5%, frente al 23,6% de la Eurozona.

La diferencia entre unos y otros países de la Unión Monetaria se refleja en el siguiente gráfico, elaborada por la firma de análisis Bruegel, en donde se observa la evolución del paro juvenil desde el año 2000 en función de tres grupos: el norte de Europa (Alemania, Holanda, Austria y Finlandia); el centro (Francia y Bélgica); y el sur, que engloba a la denominada Europa periférica (Grecia, Irlanda, España, Portugal e Italia).

Tasa de paro juvenil | Bruegel; Eurostat

Así, mientras que el paro juvenil en la zona euro ha escalado del 15% al 25% durante la crisis, en el sur de Europa se ha disparado desde el 19% hasta rondar casi el 50%. Por el contrario, en los países del norte, esta tasa se mantiene hoy en los mismos niveles registrados en el año 2000, mientras que en el centro ha subido desde el 20% al 25%.

Y ello, con el agravante de que la permanencia en el desempleo también ha aumentado de forma muy sustancial en los países periféricos. En 2007, apenas el 25% de los jóvenes parados llevaba más de un año buscando empleo, pero en la actualidad ese porcentaje asciende al 45%. Es decir, uno de cada dos jóvenes parados lleva más de un año en esa situación.

Duración del paro juvenil | Bruegel; Eurostat

Dicho dato resulta especialmente grave, ya que la permanencia en el desempleo reduce de forma progresiva la posibilidad de reincorporarse al mercado de trabajo y retrasa la necesidad de adquirir experiencia por parte de los jóvenes para progresar en el ámbito laboral.

De hecho, los analistas del citado organismo advierten de que parte de estos jóvenes desempleados no se reincorporarán fácilmente al mercado de trabajo debido al cambio del modelo productivo que ha originado la crisis. Aunque el paro juvenil ha subido mucho en el sur de Europa, afectando en mayor o menor medida a todos los niveles educativos, el golpe se ha concentrado, sobre todo, entre los jóvenes peor formados, aquellos que tan sólo cuentan con educación básica.

Curiosamente, este grupo registraba una tasa de paro inferior al de los países del norte antes de la crisis, lo cual refleja el efecto de la burbuja inmobiliaria. Durante la época de expansión crediticia, muchos jóvenes, especialmente en España, abandonaron sus estudios para trabajar en la construcción. Hoy, sin embargo, están en paro y carecen de una formación adecuada para reincorporarse al mercado laboral.

Paro juvenil por nivel educativo | Bruegel; Eurostat

Puesto que el desempleo juvenil está vinculado al estallido de la burbuja inmobiliaria, una parte de esos parados menores de 25 años "podría ser difícil de reabsorber, aun suponiendo que el ciclo económico mejore", alertan. En 2014, el paro juvenil ha bajado algo en Grecia, Irlanda, Portugal y España -en Italia permanece invariable-, lo cual es positivo, "pero la caída es pequeña en comparación con el alto nivel alcanzado en estos países".

La única esperanza que existe en la actualidad para este grupo de jóvenes es que el ritmo de crecimiento se acelere o los gobiernos del sur implementen profundas reformas laborales para facilitar su empleabilidad, pero se trata de un escenario remoto, con la excepción de Irlanda, donde el paro juvenil apenas supera el 20%.

El crecimiento en el sur de Europa es lento y sus respectivos estados han renunciado a reformas ambiciosas en esta materia. Por ello, a corto plazo, los analistas de Bruegel afirman que "el sur no es lugar para jóvenes trabajadores".

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