Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre EEUU y Cuba ha llegado la hora de saldar cuentas y que ambos países pongan su contador a cero. Durante estas últimas décadas, mucho se ha hablado de las malignidades de un embargo impuesto al país castrista en octubre de 1960, aunque muchas veces se olvida que esta medida surgió como respuesta a la monumental oleada de expropiaciones acometidas por el Gobierno de la isla tras la Revolución cubana.
Viviendas, cuentas bancarias, maquinaria, arte... La lista de activos de los que se apoderó Castro en durante el proceso de nacionalización de la economía de su país es infinita. Según ha publicado el periódico The Boston Globe, ascendería a 7.000 millones de dólares, unos 5.685 millones de euros. La publicación ha calculado esta cifra sumándole unos intereses del 6% a unos activos que fueron valorados en 1.800 millones de dólares.
Coca-Cola, Exxon o el First National Bank de Boston, son algunas de las compañías afectadas por la expropiación, aunque también afectó a particulares. A día de hoy, hay más de 6.000 reclamaciones de propiedad presentadas a raíz de este atropello a los propietarios. Los expertos aseguran que este problema será un asunto muy difícil de resolver entre ambos países, ya que Cuba alegará que no puede asumir su deuda y que muchos de los reclamantes individuales han muerto y algunas de las empresas ya no existen.
Sobre estas reclamaciones, el portal inmobiliario Idealista ha recabado la lista de las primeras 50 más valiosas. La mayor de las denuncias procede de Cuban Electric, la compañía que surtía de energía al país y era propietaria de Cubana de Electricidad. Como se observa en el siguiente ránking, la estadounidense exige un total de 267 millones de dólares por propiedades no devueltas.
