El fallecimiento de la Duquesa de Alba ha vuelto a poner de manifiesto las importantes diferencias vigentes en España en lo tocante a la aplicación del Impuesto de Sucesiones. Así, Cayetana Fitz-James Stuart figuraba como residente fiscal de la Comunidad de Madrid y no de Andalucía, lo que significa que su contribución tributaria por este gravamen se quedó en el 1% en vez de haber alcanzado el 36%.
¿Puede Cayetana de Alba pagar el tributo correspondiente a la región de la capital a pesar de residir habitualmente en Andalucía? La legislación es clara: aunque la Ley General Tributaria apunta que la "residencia habitual" debe ser la fiscal, el articulado vigente también apunta, en el artículo 48, que si el contribuyente realiza actividades económicas, la sede fiscal puede ser aquélla en la que ocurra la gestión administrativa. Considerando que todas las empresas de la Duquesa de Alba estaban domiciliadas en Madrid, queda claro que no debería existir polémica alguna.
De hecho, el grueso de la herencia de Cayetana Fitz-James Stuart ya fue entregada a sus hijos (vía Impuesto de Donaciones, sujeto al mismo tratamiento fiscal que el de Sucesiones) en el verano del año 2011. Por tanto, la hipotética disputa fiscal entre Madrid y Andalucía debería haber ocurrido entonces.
La diferencia entre Madrid y Andalucía
En el caso de la región gobernada por Susana Díaz, el gravamen de Sucesiones llega a un tipo del 36,5% cuando la base liquidable es superior a los 797.555 euros, caprichoso umbral en el que se ha fijado el inicio del tramo más alto. En comparación, Madrid bonifica de forma indiscriminada el 99% del impuesto, con la única condición de que la donación quede sellada en un documento público.
No obstante, como nos recuerda la Curva de Laffer, aplicar tipos fiscales más elevados no implica recoger un mayor nivel de ingresos tributarios. De acuerdo con los datos de 2011, año en que Cayetana de Alba trasladó a sus hijos buena parte de su patrimonio, la Comunidad de Madrid consiguió una recaudación de 354,5 millones de euros. Sin embargo, en el caso de Andalucía esta cifra solamente llegó a 326 millones.
Los datos de la Consejería de Hacienda de Madrid son esclarecedores: desde que se aprobó la bonificación del 99% en los gravámenes de Sucesiones y Donaciones, el número de herencias traspasadas en vida por la vía de las donaciones experimentó un salto significativo, pasando de 5.000 a 28.000 cada año.