Siguiendo el acuerdo entre la CDU y el SPD que permitió la reelección de Angela Merkel como canciller de Alemania, el país teutón se prepara para la entrada en vigor de un salario mínimo interprofesional, polémico hito regulatorio que ha suscitado un encendido debate entre los expertos económicos del país.
Según la encuesta del Instituto IFO, uno de los centros de investigación económica más influyentes de Alemania, las empresas ya se están preparando para responder a este nuevo escenario con medidas compensatorias.
Un 26% tiene previsto elevar sus precios para ajustarse al nuevo escenario de costes, mientras que un 23% plantea ya un descenso equivalente en otras fórmulas de retribución, como por ejemplo las pagas extra o la remuneración en especie (bonos de comida, transporte, etc.).
El impacto en el empleo también será negativo: el 22% de las empresas volcará por la vía del despido el grueso del necesario ajuste, mientras que otro 18% estudia mantener plantillas pero reducir el número de horas trabajadas. Por último, un 16% reconoce que el impacto del salario mínimo será absorbido por una caída en los presupuestos de inversión e innovación.
La encuesta de IFO entre las empresas teutonas refleja que un 43% de las compañías aún no ha tomado una decisión al respecto, si bien en algunos sectores se esperan grandes vuelcos. Es el caso de la restauración, donde 72 de cada 100 sociedades van a aplicar ajustes para moverse mejor en el nuevo escenario. También en el comercio habrá modificaciones significativas: un 43% de las casas de retail han diseñado ya su nueva estructura de costes para 2015.
El grueso del ajuste se dejará sentir en el Este de Alemania, cuya estructura productiva es aún menos competitiva. Así, el porcentaje de firmas que anuncia cambios en el antiguo país comunista duplica el umbral registrado en la otra mitad del país.
En el caso del comercio, por recuperar uno de los ejemplos anteriores, la media nacional apunta cambios en el 43% de los establecimientos, pero dicho porcentaje salta al 61% cuando nos fijamos únicamente en los länder que antaño formaban parte de la Unión Soviética.
La encuesta de IFO ha ponderado la opinión de 6.300 empresas, preguntando por la entrada en vigor de la medida y estudiando las diferentes fórmulas de adaptación que están estudiando los negocios alemanes.