Los ricos no son los únicos chivos expiatarios de la política española. Las grandes empresas también están en el ojo del huracán de los partidos y del conjunto de la opinión pública, acusadas de pagar pocos o casi ningún impuesto. La idea de que grandes fortunas y mutinacionales son culpables de la escasa recaudación fiscal ha ido calando, poco a poco, en la sociedad española durante estos largos años de crisis. Sin embargo, la realidad es muy diferente.
Así, tal y como avanzó Libre Mercado, las rentas altas, con unos ingresos superiores a 60.000 euros al año, apenas representan el 3,12% de los contribuyentes (613.754), pero aportan el 32,4% de la recaudación total por IRPF (casi 22.000 millones de euros), un tercio de los ingresos. Este particular fenómeno se acentúa aún más en el ámbito empresarial, a la vista del análisis de declarantes y recaudación que arroja el Impuesto de Sociedades.
En 2012, Hacienda contabilizó un total de 1,42 millones de declarantes en el Impuesto de Sociedades y logró recaudar casi 21.600 millones de euros a través de este tributo. Sin embargo, lo que aportan unas y otras empresas a las arcas públicas difiere de forma muy sustancial en función de su tamaño. En este sentido, los datos demuestran que las tan denostadas multinacionales y grandes empresas constituyen, de lejos, el grueso de la recaudación fiscal.
Si se divide el número total de empresas declarantes en tres grandes bloques según su nivel de ingresos, se obtienen los siguientes datos (referidos siempre a 2012):
1. Grandes: más de 180 millones de euros
- Número de declarantes: 1.171 (0,1% del total).
- Recaudación: 10.863 millones de euros (50,3% del ingreso total por Sociedades).
- Recaudación media: 9,3 millones de euros por declarante.
2. Medianas: entre 12 y 180 millones de euros
- Número de declarantes: 15.785 (1,1% del total).
- Recaudación: 6.288 millones de euros (29,2% del total).
- Recaudación media: 398.000 euros por declarante.
3. Pequeñas: menos de 12 millones de euros
- Número de declarantes: algo más de 1,4 millones (98,8% del total).
- Recaudación: 4.443 millones (20,5% del total).
- Recaudación media: 3.200 euros por declarante.
Las grandes aportan la mitad de la recaudación
Es habitual escuchar que la inmensa mayoría del tejido productivo español está formado por pymes, lo cual es cierto, pero no son las que aportan el mayor volumen de ingresos a las arcas públicas. Además, esta particular estructura de pequeñas empresas no es la más eficiente para incrementar la productividad, impulsar las exportaciones y, en última instancia, subir los sueldos a los trabajadores.
En este sentido, el escaso tamaño que presentan las empresas en España -consecuencia indirecta de la arbitraria y lesiva regulación estatal- no sólo genera importantes deficiencias en el conjunto de la economía nacional, sino que afecta, igualmente, a la recaudación tributaria.
Las cifras son muy claras al respecto. Las compañías más grandes, algunas de ellas importantes multinacionales, con unos ingresos de más de 180 millones de euros al año, son muy escasas, ya que su número apenas roza las 1.200, según las estadísticas de Hacienda.
Así pues, tan sólo representan el 0,1% de total de empresas declarantes, pero aportan más de la mitad de la recaudación total en el Impuesto de Sociedades. En concreto, pagaron casi 11.000 millones de euros por este tributo en 2012, lo que supone una media de 9,3 millones de euros por empresa.
Por el contrario, el número de microempresas y pymes, junto a parte de las compañías de tamaño mediano, con unos ingresos de menos de 12 millones al año, concentran el 98,9% del tejido productivo español, pero su recaudación asciende a 4.400 millones, el 20,5% del ingreso total por Sociedades y menos de la mitad de lo que aportan las grandes. El pago medio, en este caso, asciende a 3.200 euros por declarante. Así pues, las grandes empresas pagan, de media, casi 3.000 veces más en impuestos que las pequeñas.
Por su parte, España cuenta con 15.785 empresas medianas (1,1%), con unos ingresos de entre 12 y 180 millones anuales, cuya recaudación por Sociedades ronda los 6.300 millones de euros (29,2% del total), lo que supone una media de 398.000 euros por declarante, unas 123 veces más que las más pequeñas.
Ofrecen más trabajo y mejores sueldos
Pero el hecho de que existan grandes compañías no solo favorece a las arcas públicas, sino que se traduce también en más empleo y sueldos más altos para los trabajadores.
En 2010, último año con datos comparables entre los países de la OCDE, la proporción de empresas de más de 250 trabajadores en España era sensiblemente inferior a la de los principales países desarrollados: 0,12% frente al 0,32% de EEUU o el 0,47% de Alemania. Como consecuencia, mientras que en España las grandes empresas apenas emplean al 25% de los ocupados, en EEUU dan trabajo a casi el 50% y en Alemania al 37% del total de trabajadores.
Asimismo, cabe señalar que, si bien el salario bruto medio en España fue de 1.634 euros al mes en 2013, este nivel varía en función del tamaño de la empresa. En concreto, según el último estudio de Adecco sobre esta materia, "el salario es más alto cuanto mayor es el tamaño de las empresas".
En las grandes (con más de 200 trabajadores), la remuneración asciende a 2.007 euros, frente a los 1.357 de las pequeñas (menos de 50 empelados), lo cual arroja una diferencia de 650 euros al mes y 7.800 euros al año. Además, si bien es cierto que los sueldos reales -descontando la inflación- han bajado durante la crisis, la pérdida de poder adquisitivo ha sido mayor en las pequeñas (-5,6%) que en las medianas (-4,9%) y grandes (-4,6%).
Comparando los tamaños de las empresas por sectores se observa una diferencia máxima de 1.211 euros mensuales (14.532 euros por año) entre el salario medio más alto (grandes empresas de la Construcción, 2.522 euros/mes) y el más reducido (empresas pequeñas de Servicios, 1.311 euros/mes).
Menos empresas, menos recaudación
Por último, si se atiende a la evolución del Impuesto de Sociedades en los últimos años, se observa el grave impacto que ha tenido la crisis en la economía española, tras la desaparición de miles de empresas, la entrada en pérdidas y el sustancial descenso de beneficios. Desde 2007, la recaudación por este tributo se ha hundido un 52%, tras caer en más de 23.000 millones de euros.
Pero la razón no estriba en que las empresas paguen pocos impuestos -el tipo efectivo medio es del 22,9%, también para las grandes- sino en que el número de compañías con beneficios gravables (base imponible positiva) ha bajado de 588.000 en 2007 a apenas 377.000 en 2012, casi un 36% menos.
Y, al mismo tiempo, la base imponible -volumen de beneficios sobre el que se aplica tipo impositivo- se ha desplomado desde los 162.000 millones de euros hasta los 71.000 durante la crisis, un 56% menos, debido a la las pérdidas y a la caída generalizada de ganancias empresariales.
Mientras, la fiscalidad media que soporta el conjunto de empresas españolas se mantiene entre las más elevadas del mundo desarrollado, tan sólo superada por Japón, EEUU y Francia, sumando el Impuesto de Sociedades y otros tributos.
Tipo impositivo medio en varios países del mundo en 2013 pic.twitter.com/KWWeTZSOUc
— Perpe (@_perpe_) diciembre 1, 2014
Estas cifras demuestran, entre otras cosas, que la existencia de numerosas multinacionales y el tamaño cada vez mayor de las empresas, lejos de ser perjudicial, favorece a las arcas públicas y, sobre todo, a los trabajadores. De ahí, precisamente, la importancia de facilitar y favorecer el nacimiento, atracción y desarrollo de grandes compañías.